El artículo refería que García realizó una compra masiva de teléfonos celulares que habrían servido para coordinar la coima que, se sostiene, habrían cobrado varios senadores justicialistas en el año 2000, para aprobar la ley de Reforma Laboral impulsada por el gobierno de Fernando De la Rúa.
Esta compra se realizó a través de la empresa “Canteras Brandsen” en la que García habría participado hasta hace pocos meses, cuando su nombre y cara se hizo público tras declarar en el juicio a la supuesta conexión local del atentado contra la AMIA.
La diputada del ARI Graciela Ocaña sospecha que esos celulares fueron comprados para confirmarle a los senadores dónde y cuando debían hacerse con el dinero de las coimas. Un caso que fue denunciado por el entonces vicepresidente Carlos “Chacho” Álvarez y, a pesar que la investigación judicial llegó a tener imputados, no se llegó a comprobar el hecho.
Ahora, el juez Canicoba y su secretario Martín Sonvico esperan que García cuente lo que sabe en la causa, inactiva y lista para ser cerrada desde hace meses. Antes de la audiencia, que será el martes próximo, los funcionarios judiciales descuentan que el jefe de la SIDE, Sergio Acevedo, relevará al espía de la obligación de guardar secreto.
García fue el primer agente de la SIDE que declaró en la causa AMIA, y confirmó que participó del operativo de pago de 400.000 dólares a la esposa del preso clave del caso, Carlos Telleldín, antes que éste imputara a los policías bonaerenses por el ataque terrorista.
El momento de apogeo de esta causa coincidió con el proceso de destitución del juez Carlos Liporaci, quien llegó a indagar a varios senadores, aunque luego les dictó la falta de mérito, para renunciar a su cargo poco tiempo después.