En una resolución que DiarioJudicial.Com publica íntegro, Ballestero concluyó que Liporaci no pudo justificar satisfacctoriamente ante el fiscal la procedencia de 91.107,77 pesos, 182.800 dólares y 6.000 pesos entre octubre de 1998 y noviembre de 2002.
Ballestero concluyó que 91.107,77 es la diferencia entre el dinero que Liporaci dijo poseer para comprar la mansión de la calle Gaspar Campos al 400 de la localidad de Vicente López y el valor abonado por el inmueble mencionado según la escritura pública de compraventa.
Los 182.800 dólares y otros 6.000 pesos son las sumas que la familia del ex juez abonó como “cuotas mensuales” de los dos créditos obtenidos para pagar la vivienda, “conforme al análisis contable efectuado respecto de sus ingresos y egresos mensuales, el grupo familiar mencionado no habría podido afrontar esos gastos”, remarcó el magistrado federal.
En el procesamiento, el juez explica que Liporaci cobró por su condición de juez de la Nación entre 5.333 y 5.521 pesos por mes, más otro de 476 pesos mensuales como docente de la Escuela Penitenciaria de la Nación “Dr. Juan José O’Connor”, más 92 pesos de la Escuela Superior de Gendarmería “Don Manuel María Calderón”.
Después de detallar los ingresos de la esposa y las tres hijas del ex magistrado federal, Ballestero remarcó que Liporaci no pudo justificar cómo ahorró 120.000 pesos entre 1996 y 2000, y se pregunta por qué el ex titular del Juzgado Federal 3 no incluyó los supuestas ahorros parciales en sus declaraciones juradas.
“Es de resaltar que desde el mes de octubre de 1998 hasta el mes de febrero de 2001 el encartado llevó siempre a cabo funciones públicas y tal circunstancia demuestra un plan de inversiones por parte del Dr. Liporaci que no se corresponde con el nivel de ingresos registrados durante su desempeño como Juez de la Nación”, escribió.
También, sobre el final de la argumentación –en la que se apoya en la labor del fiscal Pablo Rechini- Ballestero sumó lo que si declaró Liporaci como ahorro ($ 39.212,08) a lo que efectivamente pudo haber ahorrado ($ 31.008,15) más la suma de dos créditos que el ex magistrado dijo haber obtenido por (U$S 210.700, y U$S 160.000), más la venta de su departamento anterior ($ 130.000) y concluyó que, aún así, necesitó U$S 91.107,77 para comprar la mansión.
Después, Ballestero cuestionó la “capacidad de pago masivo” del ex juez, porque, según él mismo argumentó en su defensa, devolvió decenas de miles de pesos en períodos menores al año, para compensar los préstamos que –en todos los casos- recibió de financieras y escribanías. En uno de los casos, incluso, el juez instructor planteó sus dudas sobre si esos préstamos existieron en realidad.