Así se la considera a la Fiscal de la Procuración General María del Carmen “Macri” Delarolle. Es que luego de formular una dura acusación contra el industrial de la FIAT, Cristiano Ratazzi, por el que solicitó se lo condene a cuatro años de prisión por considerarlo “como el instigador, el cerebro de seis operaciones de contrabando”, en un sonado caso de utilización de franquicias para la importación de autos extranjeros, la elegante fiscal, que además lleva adelante una importante causa contra la firma Alpargatas ante los tribunales federales de Corrientes, estaría a punto de incorporarse a la UFIT, el grupo de elite de fiscales de la Procuración que está desarrollando una muy importante tarea como filtro de la actividad de la AFIP en materia judicial. Sucede que el ente recaudador no la viene acertando a la hora de hacer correctamente las presentaciones ante la justicia (más de una vez los jueces tuvieron que retar a los funcionarios por las desprolijidades que les impedían llevar las causas a buen puerto). Ahora los fiscales tienen la difícil tarea de adaptar lo que tan bien se ve a nivel mediático a carriles de eficacia judicial.
hugo morales / dju
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