Diario Judicial: ¿Cómo será el festejo de los 40 años del Colegio de Abogados de San Isidro?
Pedro Enrique Trotta: El día que cumplimos los 40 años es el 8 de octubre, que cae sábado, por eso dijimos, que era imposible convocar para algo así un sábado. Vimos qué alternativas había, el 11 de septiembre es cuando el abogado organizador convocó a la asamblea constitutiva, pero es muy anterior. Y el Colegio viene hace 18 años haciendo las Jornadas Rioplatenses, que es algo muy querido por San Isidro, han participado muchos de los fundadores del Colegio en el inicio de las primeras y segundas Jornadas Rioplatenses. Este año las Jornadas las hacemos el 20, 21 y 22 de octubre. Por eso pensamos en hacer, el mismo día que hacemos el acto protocolar por la apertura de las Jornadas, el festejo por los 40 años del Colegio. Porque de alguna manera era algo muy simbólico, o sea, juntaba dos sentimientos en el mismo lugar. Por lo que nos decidimos hacerlo el día 20 de octubre. Va a consistir, además de la clásica misa por los colegas fallecidos, en un reconocimiento a todos aquellos 118 fundadores, -que por supuesto muchos están vivos-. También a familiares y ex presidentes del Colegio, y a todos aquellos que lo acompañaron.
Hace 40 años cuando comenzó esto era una cosa muy chiquitita. La primer sesión del Consejo Directivo se hizo en el estudio de uno de los fundadores, después al tiempo se alquiló una casa, de ahí a la compra del edificio que tenemos ahora –que por supuesto no era esto- sino que era una casa que pertenecía a la familia Guevara Linch, donde el Che Guevara durmió, en el lugar donde hoy es la tesorería.
Bueno, de alguna manera en ese sentido es eso, festejar los 40 años mostrar como crecimos, y reconocerles a aquellos que pelearon el inicio de esto, el inicio de la creación del Departamento Judicial -porque creado éste por ley, se crea automáticamente el Colegio de Abogados-. Se hará entonces el 20 de octubre a las 17.30 hs. y después haremos el lanzamiento de las IX Jornadas Rioplatenses.
Dju.: ¿Cuáles son los temas que se desarrollarán este año en las IX Jornadas Rioplatenses?
P.T.: No solamente vienen las autoridades del Colegio de Abogados de Uruguay, sino que también están invitados los integrantes de la Corte Uruguaya, miembros de las universidades uruguayas, el embajador Uruguayo en la Argentina. Y en lo que se refiere a nosotros desde el Presidente de la Nación, Ministro de Justicia, Corte Nacional y provincial, Ministro de Justicia de la provincia, Universidades, Poder Judicial en general, Decanos –hay un coloquio armado tendiente a la temática de la famosa habilitación profesional, incumbencias profesionales y educación legal-. Coloquio en el que va a participar el Decano de la UBA, Atilio Alterini. Es decir, lo que hemos hecho es armar los paneles de cada una, no solamente de los coloquios, con las personalidades que entendimos que reúnen ciertas y determinadas características. Hay otro coloquio armado sobre el tema de violencia familiar, donde va a estar Hilda Kogan, que es ministra de la Corte de la provincia de Buenos Aires. Es decir, hay una suerte de distintas personalidades en cada una que, sean de los paneles o comisiones, pensamos que va a ser positivo.
Dju.: De los resultados que obtengan de los distintos coloquios ¿Ustedes presentan luego proyectos de ley al respecto?
P.T.: Desde la primer Jornada Rioplatense lo que se hace es, hacer conclusiones que se materializan, no solamente en llevarlas a la práctica en nuestras publicaciones, sino que también nuestras publicaciones muchas veces son referenciadas (sobre todo las conclusiones) en sentencias. Es muy común que por ejemplo cuando sea algo especial, particular que se haya debatido en la Jornada, que el juez las referencie en la sentencia, por lo menos en el Departamento Judicial. También es muy común que muchas de las conclusiones se traducen en proyectos de ley, eso es bueno. Por ejemplo, en la VII Jornada se empezó a hablar de juzgados unipersonales de familia, en la provincia de Buenos Aires donde hay tribunales de familia. Ese fue el germen para que nosotros, hace dos años, materializáramos un proyecto de ley que hoy tiene estado parlamentario, tendiente a modificar el tribunal de familia por el juzgado de familia. No es solamente la composición de si son tres los jueces o uno, sino todo lo que implica esta modificación. Y también las conclusiones de las Jornadas sirven de puntapié para, por ejemplo, Congresos Nacionales de Derecho en lo comercial, procesal, etc. Hace poco se hicieron las Jornadas Nacionales de Derecho Civil en Mendoza, y muchos de los puntapié iniciales fueron conclusiones de las octava y séptimas Jornadas Rioplatenses, es decir sirven para esto.
Dju.: ¿Cuál es la postura del Colegio de Abogados de San Isidro en cuanto al proyecto que pretende quitarle a las Universidades la posibilidad de habilitar a los abogados y dársela a los Colegios?
P.T.: Nosotros pensamos que el problema no está en el tema de la habilitación sino que está en las universidades. Pensamos que los programas de estudio deben –no se si utilizar la palabra “mejorarse”- pero si deben tener en cuenta que sale el colega, el abogado con un hermoso papel que dice que es abogado, y al día siguiente se topa con una realidad que no es la que le mostraron adentro de la facultad. Entonces egresan con un montón de bagajes, de conocimientos muy teóricos que después cuando salen a la práctica no tiene idea de lo que es hacer un escrito, de lo que es una audiencia. Es decir, el problema inicial está en las universidades, debemos mejorar los planes de estudio. El segundo problema está en que el que se recibe, sale a la calle, y el mercado –por así decirlo- es muy excluyente. Significa que la capacidad de absorción que tiene el mercado es limitado. Entonces si vos no atendés a éste segundo problema vas a crear, de alguna manera, jóvenes que se excluyan. Por eso tenés muchos abogados atendiendo mesas de entradas, no es para desmerecer el trabajo de mesa de entradas, pero hay una realidad que en la mesa de entradas hay muchos chicos que están recibidos pero haciendo esa tarea. La contra cara es que muchos de esos chicos van a trabajar a un estudio 12 o 15 horas pero con una remuneración muy baja. Y el tercer problema es cómo damos la ayuda, o como capacitamos, o mejoramos estos dos problemas, no sólo para con la profesión sino también con la magistratura.
Para con la profesión no todos los Colegios de Abogados tienen la estructura suficiente para que vos puedas ofrecerles una estructura académica que hasta la puedas dividir en iniciación, perfeccionamiento, posgrado, etc. Con lo cual hay una suerte de desnivel, por así decirlo. Por eso creo que es obligación ver qué es lo que podemos hacer para ayudar a esos Colegios. En el caso de San Isidro nosotros tenemos por suerte una estructura académica muy bien armada, entonces le podemos dar al colega esa posibilidad para que haga o el curso de iniciación o el de perfeccionamiento o alguno de los postgrados que tenemos –los cuales hacemos con convenios con la UBA-, pero hay otros Colegios que no lo pueden hacer porque necesitan capacidad edilicia y económica que quizás no tienen.
El tema de la habilitación, yo creo que merece un amplio debate, no solamente del Colegio, las Federaciones, sino también con los colegas. Cuál va a ser el sistema de habilitación, el Brasilero por ejemplo? O se puede hacer una suerte de mix, es decir, será dar examen en donde si lo aprobás entrás y si no quedás afuera. O quizás el sistema que tienen en algunos estados en Estados Unidos, donde vos calificas para que se te habilite a través de cursos que los haces en la barra -en la firma de abogados-. Sistema similar al del plan de estudios de la UBA, donde mi obligación para estar habilitado es que tengo que sumar 52 puntos. Yo creo que el sistema o método merece un amplio debate. Porque atrás de todo esto hay de alguna manera –no se si la palabra a utilizarse es “negocio”- pero si hay demasiados cursos. Entonces los distintos cursos quienes los van a dar? Los colegios, las universidades, academias?
Yo circunstancialmente soy el presidente del SICUSO, que es una Fundación creada por los Colegios de Abogados de la provincia de Buenos Aires, que intentamos a través de esta organización –que la mantenemos todos los abogados de la provincia de Buenos Aires cuando vamos a pagar la matrícula anual, hay un importe mínimo que va destinado a esa Fundación- es nivelar la desproporción que hay entre los Colegios del gran Buenos Aires con Colegios del interior, que quizás no tengan estructura ni manejo económico suficiente para hacer lo que decíamos antes. Cómo lo hacemos, los generamos desde la Fundación entonces cualquier Colegio de la provincia de Buenos Aires llama y dice quiero estos cursos, y se los damos, gratis. Y después estamos haciendo algo que completa todo este tema de incumbencia, educación legal y habilitación, pero ya sería para con la magistratura. Estamos armando lo que sería la Escuela Judicial pero pura y exclusivamente para los abogados que ejerzan la profesión para darles la posibilidad en igualdad de condiciones para aquellos que están en el Poder Judicial, que tienen de alguna manera horario y/o capacidad para perfeccionarse, que no la tiene el abogado que ejerce la profesión, por sus horarios o lo que sea. Es para darles la posibilidad de que compitan en igualdad de condiciones. Pero esto lo estamos armando. Es decir, así como dependiente del Consejo de la Magistratura federal esta la Escuela Judicial, donde se les da los cursos -que en definitiva lo que hacen es capacitarte, no solamente para cuando des el examen del cargo que se refiera, sino que para cuando accedas al cargo, sepas de qué se trata todo eso-.
Pero volviendo al tema, yo estoy de acuerdo con que se modifiquen los planes de estudio, donde se los capacite de una manera distinta, donde el abogado que salga no se enfrente con un mundo desconocido para él. Para lo cual, hasta inclusive se pueden prever ciertos convenios, antes de que salga a la calle el colega, convenios con universidades o colegios, donde se les puede dar práctica al que salga. Con el tema de habilitación yo lo que digo es, vamos a debatirlo seriamente, porque no es habilitación si o no. Debatámoslo todos los actores, las universidades, los Colegios, la Federación, el Poder Ejecutivo –a través del Ministerio de Educación-, pero debatámoslo. O sea, es necesario esto? Si es necesario, por eso veamos cómo lo vamos a llevar a la práctica. Lo que en el ínterin de las dos cosas, hay decisiones que sí o sí hay que tomar, por ejemplo cuando se habilita una universidad hay que pensarlo más de dos veces. Hay muchas universidades, o extensiones o subsedes, o como quieran llamarse, que funcionan en bares –en la provincia de buenos aires pasa-, donde no hay contralor. Entonces el Ejecutivo cuando firma el decreto habilitando una universidad, que vea que es lo que está habilitando y después que controle.
Por eso habría que hacer un plan de educación nacional en el que no haya diferencias entre ir a la UBA o a otra universidad. Porque inclusive hasta se percibe la diferencia. Los colegios lo percibimos en aquellos que pobrecitos se matriculan y no tienen ni idea para donde agarrar, y también en la cantidad de denuncias que llegan al Colegio que muchas rozan en la mala praxis y otras demuestran que realmente les falta información práctica.
Dju.: Con respecto al coloquio sobre violencia familiar ¿apuntan a que se realicen estadísticas en este aspecto? Como resaltó hace poco Hilda Kogan diciendo que es lo que le falta a la Argentina.
P.T.: El coloquio a lo que apunta es a ver cuál puede ser la respuesta que le damos a la sociedad en esta materia. La cosa pasa no solamente por la estadística, que lo que te va a decir es a dónde tenemos que enfocar el trabajo. Sino también es para implementar algo que atienda a estas deficiencias. Al Poder local, municipalidades etcétera, para que tomen conciencia que realmente la necesidad es superior a la que están dando. Quizás no sea “políticamente redituable” atender la violencia familiar o un menor en riesgo, al menos no tanto como asfaltar una calle. El segundo mensaje sería para con la policía y el Poder Judicial, porque este es un tema que amerita un tratamiento especial, que hay que darle mucha importancia. No solamente para con los actores que están en juego, padre y madre, sino también para los menores que están en esa familia. Así que hay que redoblar la apuesta tendiente pura y exclusivamente a solucionar el problema del justiciable.
Dju.: ¿Cuál fue la intervención del Colegio de Abogados con respecto a los paros de los empleados judiciales?
P.T.:Independientemente de reconocer que todo trabajador, donde quiera que esté trabajando, tenga un salario digno, porque este es un principio constitucional, y partimos de ese reconocimiento. Lo que hicimos nosotros, en primer lugar fue privilegiar los derechos e intereses del abogado, su honra y su dignidad. El abogado vive, come, se viste, etc, de sus honorarios, que salen de los expedientes. No tiene salario mensual, no tiene régimen de vacaciones, no tiene nada de eso. Entonces hicimos una acción de amparo. En segundo lugar hicimos actas notariales tendiente a que cuando veíamos un juzgado con las puertas cerradas se las abriera, porque un juzgado no es una carnicería ni nada por el estilo, que puede cerrarse, porque esta brindando “servicio esencial de justicia”, acceso irrestricto a la justicia. En un momento determinado si esto llegase a continuar, no vamos a dudar en pedir que se apliquen remedios federales. Es decir, acá el tema es: señores discutan sus condiciones laborales, sus condiciones salariales, lo que ustedes quieran, pero dejen abierto el Poder Judicial. Yo creo que las posiciones son medio irreconciliables o están muy enfrentadas, en posiciones muy alejadas. Pero bueno, este es un problema del Poder Ejecutivo, o la Corte o el Poder Judicial. Lo que nosotros decimos es que mientras ellos discutan como lo resuelven, los juzgados tienen que estar abiertos por que nosotros privilegiamos al abogado.