El informe, que la Corte realiza cada año, da cuenta de la superpoblación de internos en los lugares de detención, la falta de infraestructura y las inhumanas condiciones de detención, ”sin que hasta el presente se haya logrado una solución definitiva e integral al problema”.
Para dar datos concretos, el tribunal de alzada de la Circunscripción Judicial Nro. 1 (Santa Fe), describió como “altamente peligrosa” a la “gran concentración de población carcelaria” a partir de la superpoblación en la cárcel de Coronda que con una capacidad de 1.080 internos, aloja a 1.400, y del penal de Las Flores donde viven 600 detenidos y tiene capacidad para 481.
Sobre la superpoblación, la cámara santafesina advirtió que esta “lamentable situación trae aparejados serios inconvenientes y situaciones de peligro de fuga, hacinamiento y problemas de convivencia”.
Más serias y dramáticas son las conclusiones de la Cámara Penal de Rosario. Las 889 plazas disponibles en dependencias policiales se encuentran desbordadas por la presencia de unos 1.400 internos. El informe de la alzada rosarina da cuenta de la “falta de higiene y medicamentos, deficiencia en la alimentación, hacinamiento inhumano, mala distribución de los detenidos, violencia, fugas y motines...”.
“El alojamiento de personas privadas de libertad, en sitios que no reúnen siquiera mínimamente condiciones aptas para respetar la integridad física, psíquica y moral, puede constituir un trato cruel, inhumano y degradante”, explicó la cámara santafecina.
Además, las comisarías también están desbordadas de presos y no están preparadas para alojarlos. En la Alcaidía de la Jefatura santafesina la capacidad de albergue es de 127 personas, pero son más de 170 las que allí se encuentran. El panorama en las comisarías de la ciudad es igualmente alarmante: tienen una capacidad total para 297 detenidos, pero su población está excedida en un 50%.
Santa Fe fue una de las provincias que vivió una de las mayores masacres de los últimos años en cárceles argentinas: 14 internos rosarinos fueron asesinados por internos de la ciudad de Santa Fe el pasado 11 de abril durante un motín.
La situación carcelaria santafecina, no es muy distinta a la del resto de país. Y la realidad se empecina a darnos ejemplos bastante seguido: el sábado 15 de octubre 33 internos del penal bonaerense de Magdalena fallecieron luego de un incendio en uno de los pabellones.
Según datos del Ministerio de Justicia de la provincia de Buenos Aires, 139 personas murieron en unidades dependientes del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) durante 2003. Esa cifra aumentó a 169 en 2004 y creció dramáticamente durante los primeros dos meses de 2005, llegando a ser 49 los fallecidos en ese lapso, a razón de 6 por semana.
El de Magdalena, fueron relevados sus jefes e intervenido por el gobierno provincial, es la unidad del SPB con mayor cantidad de muertes violentas registradas en 2004: murieron 11 internos, 10 de manera violenta. Y otras dos personas fallecieron en enero y febrero de 2005 a los que ahora se suman los 33 presos que murieron el sábado.
De persistir el ritmo de muertes en lo que va del 2005, puede estimarse que a fin de año serán 303 los internos fallecidos, lo que implicaría un aumento de casi 80% sobre los ya alarmantes registros de 2004, según proyecto el CELS en un trabajo realizado la semana pasada.