Un grupo numeroso de empleados de los juzgados de instrucción, correccionales y de menores hicieron una presentación ante el
Consejo de la Magistratura en la que exigen que se le pague
horas extras, como ocurre en otros fueros. Además, resaltan los conflictos y las penurias que deben soportar a diario en sus lugares de trabajo. La carta, dirigida al presidente del Consejo, también critica al gremio de los judiciales. Dice que
“no los representa” y que no comparten los métodos que utiliza.
Respecto a la situación de los juzgados penales, los empleados destacaron en la presentación que “existe un
abrupto incremento de tareas en los juzgados de primera instancia que no reconoce precedentes”. Para ejemplificarlo hicieron propios algunos datos suministrados por el camarista Gustavo Bruzzone en un acuerdo de abril de 2004. Allí, el magistrado recordó que la Cámara del Crimen pasó de recibir 6178 expedientes en 1992 a
13.732 en 2003 (siempre hablando de resoluciones apeladas).
“El incremento en la cantidad de trabajo hace que a diario, las jornadas laborales superen holgadamente el horario de 7:30 a 13:30. Generalmente se trabaja hasta las 16, 17 o 18 horas, y en ciertas ocasiones más –por ejemplo- en días de turnos con casos complicados o de gran cantidad de detenidos”, reza la misiva de cinco carillas que ya llegó al Consejo.
También, los empleados resaltan en la carta
“la insuficiencia de infraestructura” con la que trabajan todos los días y las deficiencias que presentan la mayoría de los juzgados desde el punto de vista arquitectónico (
tienen dimensiones reducidas y están divididos por mamparas que no facilitan las concentración). Entre otras cosas, destacan que todos los juzgados del Palacio de Tribunales cuentan con
un único lugar para hacer ruedas de personas. “Ello obliga a que se deba hacer cola para cumplir con tales diligencias”, se quejan.
Asimismo, critican una resolución de la Corte Suprema (1733), de noviembre del año pasado, donde el máximo tribunal se expidió en contra del pago de horas extras y le ordenó a la Cámara que fije, en un caso concreto, los francos compensatorios que solicitaba el reclamante.
“Esa solución desconoce la realidad que vivimos. La solución que se nos propone es trabajar desde las 7:30 hasta las 13.30 y si excedemos dicho horario laboral que se nos compense con días francos”, aseguran. Y advierten: “acatarla importaría, al menos en este fuero, un crecimiento exponencial de los expedientes que deban tramitarse”.
Pero también se quejan por las
desigualdades existentes. “Mientras nosotros no gozamos de la posibilidad de percibir el pago respectivo a las horas extraordinarias, personal que depende directamente de la Corte Suprema de Justicia
sí goza de esa posibilidad”, dicen. Además ponen el acento en los gastos que genera el horario “autorizado por la Corte”.
Los reclamos fueron acompañados por
19 jueces y 26 secretarios a través de sendas notas enviadas al presidente de la Cámara del Crimen, Luis Ameghino Escobar. “Nos consta el cuadro de situación que ellos (los empleados) describen y tenemos la firme convicción de que, sin la estimable colaboración que diariamente prestan más allá de sus deberes reglamentarios, sería imposible cumplir con la labor de brindar un adecuado y aceptable servicio de justicia a la sociedad”, manifestaron los magistrados en su carta.
dju / dju
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