Durante la investigación el director del Instituto Sacre Coeur relativizó sus propios dichos; el amigo de Maradona presentó ante la Justicia su título habilitante y el juez Literas archivó las actuaciones por "inexistencia de delito".
Los hechos investigados ocurrieron el pasado 14 de enero cuando el médico Mariano Castro, al enterarse de la internación de Maradona, tras su grave afección cardíaca detectada en Punta del Este, concurrió al Sacre Coeur de esta capital a donde había sido internado.
Castro mantiene una relación de amistad con el ex número 10 de la Selección Nacional, y en ese carácter se presentó en el instituto vistiendo la chaqueta y el pantalón que habitualmente utilizan los médicos.
Además, Castro portaba su maletín, en cuyo interior estaba el estetoscopio como único elemento "sospechoso", según los denunciantes.
El director del Instituto, Carlos Benjamín Álvarez, denunció públicamente ante los numerosos medios que cubrían las alternativas de la enfermedad de Diego, la presencia de una presunto "falso médico disfrazado", que había utilizado esa indumentaria "para burlar el control de seguridad, en su condición de proveedor de drogas".
Los dichos del facultativo hicieron que la policía iniciara una investigación de oficio por presuntos delitos contemplados por la ley de estupefacientes, referidos a la provisión de drogas.
Esas investigaciones determinaron que Castro, quien se había presentado exhibiendo su credencial, era en realidad un médico que se desempeñaba por entonces en los equipos de salud de la Secretaría de Deportes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y que en ese carácter había accedido a la habitación en que se encontraba internado Maradona.
Literas pidió a los canales de televisión copias de las filmaciones en las que se había registrado la presencia de Castro, y al citar como testigo a Álvarez este relativizó sus propios dichos al sostener que la credencial le "pareció falsa" y que el médico "le pareció drogadicto".
Por su parte, Castro se presentó ante el juez Literas y ante el fiscal Jorge Di Lello y exhibió su diploma habilitante, y recordó que ese día se presentó en el instituto; saludó a Maradona y después se retiró sin inconvenientes.