En su resolución, el magistrado sostuvo -contrario a lo que trascendió públicamente en torno al trágico hecho- que las hermanas Gabriela y Silvina Vázquez "no practicaron un rito satánico ni protagonizaron una conjura exorcista" ya que "sólo produjeron una sucesión de actos desorganizados, disparatados y absolutamente psicóticos, que culminaron con la patética muerte del padre, Juan Carlos Vázquez”.
Según confirmó hoy la Defensoría General de la Nación, el fallo del magistrado es coincidente con la posición sustentada "desde el inicio" por la defensora pública designada para la causa, Catalina Moccia de Heilbron.
Las conclusiones de la junta médica incorporadas al expediente señalan que Silvina padece una "psicosis esquizofrénica paranoica, mientras que su hermana sufre un "trastorno esquizofreniforme asociado".
De acuerdo con ese mismo informe, las hermanas "no pudieron comprender la criminalidad de los hechos y dirigieron su accionar de manera congruente con sus estados delirantes, de influencia temática demonológica por el estado mental morboso de las facultades mentales en que se hallaban al suceder los hechos".
El juez descartó, según se pudo saber, "totalmente la existencia de algún tipo de relación incestuosa entre las hermanas y el padre, así como también que alguna de ellas hubiese practicado actos de antropofagia".