El Pozo de Banfield fue un centro clandestino que dependió del Regimiento de Infantería Mecanizada Nº 3 del Ejército Argentino. En la actualidad, se conoce que al menos 300 personas fueron vistas detenidas ilegalmente en el mismo, la mayoría de las cuales continúan desaparecidas.
El lugar existió desde mucho antes del golpe de estado de 1976, donde se calcula que hubo personas secuestradas desde 1974, y funcionó al menos hasta octubre de 1978 según testimonios de los sobrevivientes. Por ese centro clandestino pasaron varios de los chicos detenidos desaparecidos en el hecho conocido como la “Noche de los lápices”, uno de los hechos más trágicos ocurridos en nuestro país, donde varios estudiantes fueron víctimas de las atrocidades de la época.
La idea de darle al espacio una nueva funcionalidad, surgió luego de que en el 2006, el Poder Ejecutivo de la provincia dictara un decreto mediante el cual destinó este ex lugar de tortura, a la Secretaria de Derechos Humanos para el funcionamiento de un “Espacio para la Memoria, Promoción y Defensa de los Derechos Humanos”.
El proyecto se realizó con el objetivo de transformar al “Pozo de Banfield” en un espacio para la reflexión, que reúna a organismos públicos, organismos de derechos humanos, y a los diferentes actores de la comunidad local en actividades tendientes a la reconstrucción de la memoria y la transmisión de la misma a las generaciones más jóvenes.
El proceso de cambio del establecimiento comienza con la señalización del mismo, en dónde no sólo figurará la mención en una placa de que allí funcionó un centro clandestino, sino que se incluirá tres conceptos fundamentales y que caracterizan a la ardua lucha de familiares y victimas: memoria, verdad y justicia.
Según la Secretaría de DDHH de la provincia, “la señalización de estos lugares es una forma de reparación histórica a los detenidos, desaparecidos y familiares de víctimas. Es una forma de dar a conocer a la comunidad de los hechos allí sucedidos, y una forma de poner en valor histórico y testimonial al edificio.”
Por su parte, el Subsecretario de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, Fernando Cano, explicó que “la recuperación de espacios de memoria con lo que a pasado, tiene que ver con reivindicar la historia de lucha y compromiso de aquellos que lucharon contra la dictadura, y que esto sirva de lección sobre el futuro”, agregando que en el día de mañana cuando haya un espacio de memoria, la idea es que las personas puedan ir a visitarlo, tanto aquellas que residían en el país, como extranjeros que quieran conocer la historia argentina.
A su vez, destacó que entre los lineamientos del proyecto, habrá una mesa de investigación, memoria local, centro de documentación, preservación de documentos, y una mesa consultiva, entre otras cuestiones, y que esta iniciativa responde a una política pública muy fuerte de investigación y memoria, y que se logró gracias “a la colaboración de los sobrevivientes, victimas, familiares y organismos de DDHH.”
El día viernes 19 a las 10 horas, se llevará a cabo el acto de señalización del mencionado ex centro clandestino, que responde al aniversario de los 32 años de la “Noche de los lápices”, suceso que se conoce como una serie de secuestros de diez estudiantes secundarios, ocurridos durante la noche del 16 de septiembre de 1976 y días posteriores en la ciudad de La Plata. De dicho hecho, tan sólo tres de los estudiantes secuestrados sobrevivieron a las posteriores torturas.