Gil Carrasco perdió la pierna cuando en 1972 el cabo primero de la Guardia Civil José Caballero Sánchez le disparó siete tiros al confundirlo con un cazador furtivo. En la sentencia, dictada un año después del incidente, su agresor fue condenado a cuatro años de arresto mayor y a pagar una multa de 5 mil pesetas. Pero lo más importante: al granadino le otorgaron una indemnización de 250 mil unidades de la moneda española, dinero que no ha podido disfrutar hasta sus actuales 60 años por no haber sido comunicado de la decisión judicial.
El 29 de septiembre de 1972, Joaquín Gil regresaba junto a un primo hermano de encerrar unos cerdos en su finca de Los Barrios (Cádiz) y ambos llevaban escopetas de caza para las que tenían licencia. En ese momento, dos guardias civiles les dieron el "alto" y uno de ellos, que reconoció posteriormente que se había equivocado, le disparó los siete tiros que lo dejaron lisiado.
Un camino largo y sinuoso tuvo que recorrer Gil Carrasco para llegar a la satisfacción económica de la que no ha podido disfrutar. Intentó inclusive acudir al dictador Francisco Franco, en ese momento Jefe de Estado, que estaba de vacaciones en La Coruña, donde se dirigió Gil para extender su pedido de Justicia. Quien sí lo atendió fue el entonces presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro, que lo trató “muy bien”, según explicó el campesino.
“Ahora comienzo a creer en la Justicia”, dice Joaquín Gil, aunque sigue calificando de “criminal” al cabo que lo dejó sin una pierna cuando tenía 32 años, era viudo y criaba a dos niñas de seis y cuatro. Ya conocida la sentencia, su abogado solicitará una indemnización de 125 millones de pesetas al Ministerio de Defensa mediante un expediente de reclamación patrimonial. ¿Será Justicia?.