El presidente de la Corte Ricardo Lorenzetti dijo que la "decisión de llevar adelante los juicios es de toda la sociedad y no hay marcha atrás". Fue en el acto en el que presentó un informe sobre los juicios de lesa humanidad en todo el país. Aunque reconoció que hubo “resistencias” en algunos sectores del Poder Judicial en el inicio de los procesos, destacó que “muchos jueces se sumaron a este proyecto”.
Con dos meses de retraso, este miércoles el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, presentó ante un salón de actos colmado de público el informe sobre la tramitación de juicios por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura. El titular del Máximo Tribunal afirmó que la decisión de impulsar los juicios “no fue de un juez” sino que constituyó un “proceso social con reflejo institucional”.
“Vimos a las Madres, a las Abuelas, a los Hijos reclamando justicia cuando no la había y ellos siempre pidieron justicia y no ajusticiamiento”, aseguró Lorenzetti ante la presencia de familiares de desaparecidos y representantes de organismos de Derechos Humanos y enfatizó que “toda la comunidad habló del tema y lo instaló”.
También se refirió a la ayuda de magistrados del exterior y puntualizó el rol del suspendido juez español Baltasar Garzón, quien al ser nombrado fue muy aplaudido por el público.
“La decisión de llevar adelante los juicios es de toda la sociedad y no hay marcha atrás”, subrayó Lorenzetti y manifestó que “los juicios por delitos de lesa humanidad ya son parte del contrato social”.
Parafraseando el título del libro de la Conadep que investigó la desaparición de personas durante la dictadura, Lorenzetti dijo: “No queremos que nunca más nuestros hijos y nietos sean perseguidos por un Estado que los debería proteger”.
En el palco principal, junto al presidente de la Corte, se ubicaron la vicepresidenta del Máximo Tribunal, Elena Highton de Nolasco y los ministros Carmen Argibay y Juan Carlos Maqueda; el ministro de Justicia, Julio Alak; el Procurador General de la Nación, Esteban Righi, la Defensora General de la Nación, Stella Maris Martínez y el presidente del Consejo de la Magistratura, Luis María Cabral.
En primera fila se sentó el embajador de Uruguay en Argentina, Guillermo Pomi Barriolo; el suspendido juez Garzón; el premio Nóbel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; el rabino de la comunidad Bet El, Daniel Goldman; y el director del Buenos Aires Herald en los ’70, Robert Cox.
Nadie quiso perderse la cita: entre los asistentes pudo verse a varios diputados nacionales entre ellos Martín Sabatella, Victoria Donda y Francisco De Narvaez, quien una vez finalizada la presentación, y mientras Lorenzetti aguardaba para hacer declaraciones la prensa, se acercó a saludarlo.
Actualmente se están llevando a cabo 11 juicios por delitos de lesa humanidad en el país. En ese sentido, Lorenzetti dijo que “informar lo que se está haciendo es una obligación” porque “detrás de un informe hay un centro clandestino” y “mucho sufrimiento”.
El titular de la Corte, que tiene mandato hasta 2012, dijo que el proceso que se está llevando a cabo en Argentina de juzgamiento a los responsables del terrorismo de Estado es “uno de los más importantes del mundo”.
Lorenzetti destacó tres hechos que allanaron el camino para el inicio de los juicios: la declaración de inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, de los indultos dictados por el ex presidente Carlos Menem y la declaración de imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad.
Sostuvo que llevar a cabo los juicios fue un “gran desafío” porque “quisimos que fuera con las normas vigentes y con los jueces que ya estaban”. “Nos traicionaríamos a nosotros mismos si hubiéramos sacrificado el debido proceso” en los juicios, aseguró Lorenzetti que si bien reconoció que aún faltan jueces, empleados e infraestructura para estos juicios, se “lograron poner en marcha en todo el país”.
En ese sentido, destacó que se les garantizó la defensa a todos los imputados y señaló el rol de la Defensoría General de la Nación al indicar que el 80 por ciento de los imputados tiene asistencia de la entidad que conduce Stella Maris Martínez.
Lorenzetti reconoció que hubo “resistencias” al desarrollo de los juicios y lo atribuyó a “problemas culturales” pero destacó que “muchos jueces se sumaron a este proyecto”. En ese sentido, ponderó la labor de los magistrados Daniel Rafecas y Sergio Torres, que instruyeron las megacausas Primer Cuerpo del Ejército y ESMA, que ya llegaron a juicio.
Terminada la presentación, integrantes de Madres de Plaza de Mayo línea fundadora, se acercaron, con los años encima y la lucha a cuestas, a saludar afectuosamente al presidente de la Corte . Un momento íntimo que puede ser sintetizado por lo que una de ellas le dijo mirándolo a los ojos: "Una fuerza enorme”, manifestó.
“Detrás de un expediente hay un centro clandestino de detención”, dijo durante su discurso Lorenzetti. Una frase que resume que detrás de los papeles, de las pilas de expedientes, de la investigación, no hay ni más ni menos que la esperanza de verdad y justicia.