20 de Diciembre de 2024
Edición 7117 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 23/12/2024
Documento de Diario Judicial

Tribunales: mucha historia, mucho papel, pocos baños

El Palacio de Justicia de la calle Talcahuano fue declarado Monumento Histórico en 1999, pero aún presenta algunas dificultades para quienes lo visitan -y también para quienes trabajan-. Los usuarios se quejan por la falta de ascensores, baños, rampas para minusválidos y señalizaciones en los pasillos. Galería de fotos.

 

En la calle Talcahuano al 550 de la Ciudad de Buenos Aires, está ubicado el Palacio de Justicia, sede de la Corte Suprema de la Nación. Se trata de una obra arquitectónica impactante, con una larga historia y, también, con diversos problemas. Diario Judicial dialogó con abogados que transitan cotidianamente el edificio y analiza, hoy, las principales quejas de quienes visitan y recorren con frecuencia el lugar.

El Palacio de Justicia, inaugurado parcialmente en el Centenario de la Revolución de Mayo y definitivamente en 1942, presenta para sus usuarios algunos inconvenientes: escasez de baños y ascensores, una única rampa para minusválidos y una señalización bastante deficiente.

No obstante, cabe recordaar que este edificio fue declarado en 1999, por el decreto 349, como Monumento Histórico Nacional de la República Argentina. Esto implica que el Estado Nacional contribuye a su sostenimiento económico y, además, que cualquier intervención que desee realizarse en el lugar requiere la previa consulta a una Comisión especializada.

La necesidad de dar participación a la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, dependiente de la Secretaría de Cultura de Presidencia de la Nación, hace que cualquier intento de reforma conlleve una tramitación compleja.

Diario Judicial procuró contactar, para la elaboración de esta nota, al responsable de la Subdirección de Infraestructura de la Corte Suprema. Lamentablemente, no se obtuvo –al menos por el momento- una respuesta a las consultas efectuadas, pese a los reiterados intentos para acceder al testimonio del Arquitecto Juan Rodríguez Basavilbaso.
 

Ingresar al Palacio tiene sus dificultades

El ingreso al Palacio de Justicia puede concretarse por tres grandes pórticos. El principal está ubicado sobre la calle Talcahuano y permanece abierto por la mañana y por la tarde. Además, hay una entrada sobre calle Lavalle y otra sobre calle Tucumán, pero sólo están disponibles hasta las 13.30 horas. Existen, también, otros accesos que, en general, no están abiertos para el público.

El principal problema para acceder al Palacio de Justicia se les plantea a quienes tienen algún tipo de problema de movilidad y necesitan una rampa. De los tres accesos principales mencionados, sólo el que se ubica sobre calle Tucumán cuenta con una rampa para minusválidos. Sin embargo, este acceso sólo está abierto hasta las 13.30 horas. ¿Qué ocurre, entonces, con quien se maneja en silla de ruedas y desea, por ejemplo, ir a la Biblioteca de la Corte a las 16 horas?

En el caso planteado, y según la información que brindó a Diario Judicial el personal que presta servicios en los accesos al Palacio, la persona que requiera de una rampa, pasadas las 13.30 horas, tendrá que solicitar en la puerta ubicada sobre Talcahuano, que le habiliten el acceso ubicado sobre calle Tucumán.

De todos modos, aún ingresando por calle Tucumán, la persona minusválida del ejemplo tendrá que contar con viento a favor para acceder a la Biblioteca, ubicada en el séptimo piso. Ello así, porque si el ascensor que desemboca directamente en la puerta de la Biblioteca no funciona, tendrá que recorrer la terraza y antes de hallar la dependencia deseada se topará con un escalón.

La escasez de rampas no es una cuestión menor. Es preciso recordar que la primera sanción por daño punitivo que aplicó un tribunal argentino se dio en la causa “Machinandiarena c/Telefónica”, a raíz de que un local de la empresa demandada  carecía de rampa para el acceso de personas con movilidad reducida. En esa oportunidad, la Justicia calificó la ausencia de una rampa como un acto discriminatorio y un caso de trato desigual. Pero, ¿qué dirá la Justicia sobre los usuarios del Palacio?
 

El laberinto judicial

Otro de los problemas al que se enfrentan quienes visitan el Palacio de Justicia es el de la ubicación de las dependencias dentro del edificio. Muchas veces, hallar el lugar de destino se convierte en una hazaña, ya que hay numerosos pasillos, puertas y escaleras, y la numeración de las oficinas no es fácil de comprender.

Para orientar a quienes visitan el Palacio, hay personas ubicadas en los accesos al mismo, que brindan asesoramiento sobre dónde y cómo localizar las dependencias buscadas. Sin embargo, una vez dentro del lugar, los datos que se recabaron en el ingreso suelen ser insuficientes.

Sin embargo, además de los informes que se brindan en la entrada, en el edificio hay “planos de orientación” en todos los pisos, ubicados en distintos sectores, principalmente, cerca de los ascensores. Ahora bien, estos planos no siempre resultan claros, por lo que el problema persiste.

El Palacio de Justicia parece ser, entonces, una especie de laberinto. En diálogo con Diario Judicial, diversos usuarios reconocieron tener serios problemas para ubicarse en el edificio. Por ejemplo, Julián (procurador), señaló: “me perdía siempre, al menos las primeras veces” y afirmó “faltan planos más claros, una mejor señalización de la ubicación de los juzgados y dependencias”.

Entre tanto, Fernando (abogado) aseguró: “me pierdo y mucho” y destacó que “un gran problema es la señalización de las oficinas, sobre todo en los pisos superiores” y que “hay muchas escaleras que no llevan al piso correcto, o que no continúan hasta arriba”. Por su parte, Laura (abogada) indicó que se perdía la mayoría de las veces y destacó que “la numeración de las oficinas tiene un orden muy raro” y que “los planos de orientación no son sencillos y a veces, incluso, están mal”.
 

El servicio de Justicia, ¿tiene buenos servicios para sus usuarios?

Dos servicios fundamentales para los usuarios del Palacio de Justicia son los ascensores y los baños públicos. En el edificio hay sólo doce ascensores y, a veces, más de uno de ellos no funciona. Al respecto, Fernando (abogado) y Sebastián (procurador) recalcaron que harían falta más ascensores, solicitud que resulta comprensible si, al caminar por el Palacio, se observan las extensas colas de personas que esperan para usarlos.

Otra cuestión central para la gente son los baños públicos. En el Palacio de Justicia hay sólo dos baños públicos para damas (uno en planta baja y otro en el séptimo piso) y cinco para hombres (uno en el subsuelo, uno en el entrepiso, dos en el tercer piso y uno en el séptimo piso).

Es claro que el mayor problema para acceder un baño lo tienen las mujeres. De todos modos, hay que tener presente en que cada baño público hay escasos inodoros y mingitorios. Por ejemplo, el baño de damas del séptimo piso, cuenta con un único inodoro disponible.

En este marco, Sebastián (procurador) afirmó que un problema grave “son los baños, hay pocos, y están en malas condiciones”. Los baños son higienizados con bastante frecuencia. Lo que no suele hallarse, especialmente después del mediodía, es jabón y papel higiénico.

Por su parte, Laura (abogada) afirmó que un gran problema son “los baños públicos para damas, ya que no hay en todos los pisos”. Entre tanto, Lucía (procuradora) manifestó que “un tema serio son los baños de mujeres, ya que casi no hay”. También, Mariana (abogada), expresó que “lo peor del Palacio son los baños para mujeres”.

Finalmente, en torno a los servicios del Palacio, una cuestión central es la seguridad. En el edificio hay matafuegos, en todos los pisos y en distintos sectores. Además, las escaleras están señalizadas con un cartel verde que indica “salida”, aunque en el infortunado caso de una evacuación de emergencia, desde determinados sectores es difícil ubicar la salida al exterior más cercana.
 

Un edificio con historia

El Palacio de Justicia plantea algunos inconvenientes para quienes lo visitan con frecuencia, pero no puede negarse su monumentalidad  y su valor histórico. El edificio fue inaugurado parcialmente en el Centenario de la Revolución de Mayo, y definitivamente en 1942. La Corte se instaló en él recién en 1912. Antes, el Alto Tribunal funcionó en un antiguo edificio de calle Bolívar y, después, en calle San Martín 273, donde actualmente está el Banco Central de la República Argentina.

Las gestiones para la construcción del Palacio, diseñado por el arquitecto francés Norbert Maillart, comenzaron en 1902 y la piedra fundamental se colocó en 1904. Tres décadas fueron necesarias para la finalización de la obra, que estuvo afectada por diversas paralizaciones y por la realización de múltiples enmiendas que implicaron que el edificio midiera 1,85 metros más de lo previsto inicialmente.

Finalmente, cabe señalar que el Palacio de Justicia no sólo es en sí mismo una obra arquitectónica de gran valor, sino que cuenta en su interior con grandes tesoros artísticos. La estatua de la Justicia o Equidad del escultor argentino Rogelio Yrurtia, el Salón de los Pasos Perdidos, el Patio de Honor de la Corte Suprema y el Salón de Embajadores, en el que hay importantes óleos, esculturas y cristales Murano, son algunas de las bellezas ocultas en su interior.



ana laura mera salguero

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