Una jueza estadounidense ordenó a Google a cumplir con los requerimientos del FBI en relación a las solicitudes que envía el organismo estatal para acceder a información confidencial de usuarios.
Estados Unidos siempre está un paso adelante en la jurisprudencia sobre Internet: algunos problemas que en otros países son incipientes, allí ya tienen precedentes que generaron muchas discusiones y posiciones encontradas. En mayo del año pasado, la Justicia del país de América del norte ordenó a Twitter a brindar información de un usuario que estaba procesado.
El caso involucraba a un activista político y miembro del movimiento de indignados de Wall Street llamado Malcolm Harris. A través de su cuenta en la red social, y con una aplicación para hacer tweets privados, el hombre instó a sus compañeros manifestantes a que crucen el puente de Brooklyn, en el estado de Nueva York, como una forma de protesta.
La historia se vuelve a repetir, pero esta vez involucra al Bureau Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), desde donde tienen un recurso para acceder a información privada de los usuarios de la web: las Cartas de Seguridad Nacional (NSL, también por sus siglas en inglés).
A través de este mecanismo, los integrantes del organismo estatal pueden hacer solicitudes de datos bajo el pretexto de su importancia. Y fue precisamente por un pedido de este tipo, realizado a Google, que la jueza federal Susan Illston ordenó que siempre que el FBI haga estas solicitudes, sean respondidas.
En la empresa argumentaron que las demandas realizadas a través del sistema NSL son ilegales, porque además cuentan con un carácter secreto.
Esta forma avalada por la magistrada del estado de San Francisco se caracteriza por recoger los datos electrónicos sin una orden judicial y de acorde a los tiempos y pretensiones del FBI. En el caso en particular, la demanda cuestionaba 19 usos del sistema de parte del Bureau en torno a usuarios de Google.
Este precedente ya genera preocupación: tanto desde la compañía como desde otros sitios web, expresaron que se estaría avalando al organismo para que siga adelante con la utilización de las NSL. Entre 2003 y 2006, esta herramienta fue utilizada en más de 190.000 ocasiones para distintos casos que involucraban a muchas páginas de Internet.
La magistrada dejó, de todas formas, la puerta abierta a un planteo de parte de Google, ya que entendió que la compañía no hizo especificaciones en torno a los casos denunciados, los 19 que le competían. Al mismo tiempo, Illston se excusó de brindar un posicionamiento en dos de los casos para los cuales consideró que tenía poca información.
A través de las NSL, el FBI puede acceder a información de carácter estrictamente confidencial, como nombre, dirección y teléfono del usuario en cuestión. Su constitucionalidad aún es debatida.