Es un práctica de estilo formal que se utiliza ancestralmente en el Poder Judicial para dirigirse a un magistrado en cualquiera de las instancias. Pero parece que un connotado fiscal del fuero Penal Económico olvidó esta delicadeza y originó un entredicho con el juez Julio Speroni, quien con otros jueces y periodistas contaba risueñamente el episodio en coqueto restaurant de carnes de Puerto Madero. Lo cierto que el reproche del juez llegó hasta el Procurador General, Nicolás Becerra, quien -atento al más mínimo síntoma de malestar en la magistratura reacciona velozmente para evitar males mayores- emitió una resolución en la que se dispone la obligatoriedad del empleo “Su Señoría” en el trato con los jueces. Pero no fue la única de Speroni: también trató -quizá excesivamente- con gestos poco diplomáticos al ascendente fiscal Maximiliano Rusconi cuando pretendía intervenir en una causa donde no era el “fiscal natural”. Es que si no se logra un acuerdo o una ley del Congreso reconociéndole a los fiscales de la Unidad Tributaria que han conformado un cuerpo especial con técnicos de la AFIP para luchar contra la evasión, categoría igual a la de los fiscales, se presentarán muchos problemas en la interpretación de la ley y sin que sea el objetivo de todos los protagonistas -jueces y fiscales- se están desperdiciando esfuerzos en la lucha contra la evasión por cuestiones, a veces, de pura formalidad.
hugo morales / dju
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