La Cámara del Crimen confirmó el procesamiento por homicidio agravado de un hombre que mató a un policía. Los magistrados sostuvieron que los argumentos de la defensa del hombre no tenían “asidero”.
La Cámara del Crimen, con las firmas de Carlos Alberto González, Mario Filozof y Alberto Seijas, confirmó el procesamiento de un hombre que mató a un policia y que decía que no sabia que era policia y que se estaba “defendiendo”.
Se trata de la causa “c” donde un hombre fue procesado en primera instancia por los delitos de “homicidio agravado por haber tenido como finalidad procurar la impunidad para sí y haber sido perpetrado contra un miembro de la fuerza policial en razón de su función, robo con arma de fuego, robo con arma de fuego en tentativa, robo simple en tentativa, hurto simple en tentativa reiterado”.
La defensa del procesado apeló el procesamiento y, entre otras planteos, la aplicación de las agravantes de los incisos 7º y 8º del artículo 80º del Código Penal. Pero los camaristas indicaron que los argumentos esgrimidos “carecen de asidero”.
Según consigna el expediente el hombre realizó una serie de robos “en forma sucesiva en breve lapso y en un trayecto de cinco cuadras aproximadamente, y en todos los casos se observó de parte del causante la clara intención de apoderarse de los automóviles mientras sus propietarios los estacionaban o se encontraban detenidos en la calle, siendo evidente que se trataba de una misma persona”.
Asimismo, los camaristas rechazaron otro de los argumentos de la defensa en el que sostenía que “el imputado habría disparado contra el agente policial con el único fin de salvar su vida”. Lo que para los magistrados “no condice con la circunstancia de que siquiera le había impartido la voz de alto y nada indica que se aprestara a dispararle en ausencia de una agresión previa de su parte”.
A lo que se suma que el imputado, “tras efectuarle un disparo que le rozó la ceja, se incorporó y encontrándose junto a él, le realizó otros dos “a quemarropa” ubicándolos de modo tal que superaran la protección del chaleco antibalas, traduciéndose ello en una voluntad homicida que, en el caso, estaba conectada subjetivamente con el desapoderamiento que pretendía concretar en tanto comportaba un medio útil para procurar su impunidad”, explican los jueces.
Otro punto que fue descartado por los camaristas es el hecho que sostuvo la defensa, de que no sabía que era policía. Sobre esto los jueces dijeron: “en cuando a la condición de funcionario policial del fallecido, dado que al momento del hecho vestía su uniforme reglamentario sobre el cual llevaba un chaleco naranja fluorescente, no puede ser tenido por válido lo alegado en relación al desconocimiento de dicha circunstancia por parte del imputado”.
Por todo ello los magistrados que integran la cámara confirmaron el procesamiento del hombre por los delitos antes mencionados.