No solo en el status institucional que se pretenden dar ambas capitales sino también por la desconfianza que existe sobre sus fuerzas policiales. Tanto en México como en Argentina, las policías están infiltradas por los carteles de narcotraficantes. Al comisario Ponce Edmonson se lo califica de muy verbórragico para el cargo clave que ocupa en la lucha contra el narcotráfico y para nada se puede arrogar la confianza de sus pares de la DEA. Por demás, entre mexicanos y norteamericanos, existe una especial inquina desde que un comando de la DEA secuestró a un narcotraficante mexicano y se lo juzgó en Estados Unidos, dándose a conocer lo que se denominó el "Caso Cameratta". Pero, en reservado, los "yanquis" creen que haber blanqueado la operación antes de tiempo pudo servir para alertar a determinados personajes de los carteles mexicanos para cubrirse a tiempo.
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