La empresa de transporte de pasajeros, que cubre las trazas entre la Ciudad de Buenos Aires y distintos ramales de la provincia de Buenos Aires, entró en cesación de pagos desde mayo último.
La desregulación del transporte, producto del decreto 958/92 dio inicio a una reforma estructural del mercado que implicó el ingreso a la liza de nuevos actores que invadieron las mejores rutas, comenzando la actividad con costos laborales e impositivos inferiores, más flexibles y sin pasivos contingentes.
Esta situación derivó en la necesidad de reequipamiento de las empresas tradicionales para mantener su liderazgo en el sector.
Entre las causas que llevaron al desequilibrio económico de la empresa se señala una estructura de personal sobredimensionada, con acuerdos contractuales vigentes de épocas donde el mercado de transporte era una actividad regulada; la competencia desleal de los nuevos actores, la reducción del costo de los pasajes aéreos en los vuelos de cabotaje, los peajes y los numerosos juicios que deben afrontar a partir de la crisis de las compañías de seguros.
La empresa declaró un activo de $46.681.456,76 y un pasivo de $ 38.953.057,09. Se nombró una sindicatura plural, que estará a cargo de los estudios Viscarret, Panelli y Asociados, y Cupito y Asociados.
El eventual cierre de la empresa afectaría a miles de usuarios que utilizan esa vía para viajar entre La Plata y Buenos Aires y hacia la costa Atlántica durante la temporada estival.