Pero pese a las declaraciones de Contreras publicadas en exclusiva por el diario conservador El Mercurio que suele reflejar los puntos de vistas de los militares chilenos y defiende al ex presidente de facto, Augusto Pinochet, se sabe que la denominada "Coordinadora Cóndor" (una multinacional de los servicios secretos de los gobiernos militares en Sudamérica) fue armada con el propósito de neutralizar a otra multilateral pero de la subversión: la denominada Junta revolucionaria Latinoamericana que nucleaba a las organizaciones terroristas de Chile (MIR), Argentina (ERP, Montoneros y FAR), Uruguay (Tupamaros) y Bolivia.
Su disolución comenzó a raíz del conflicto entre Argentina y Chile en 1978 cuando los delegados chilenos a la Coordinadora Cóndor, también espiaban para el gobierno chileno, los preparativos bélicos en la Argentina. En Mendoza, la contrainteligencia militar detuvo a Enrique Arancibia Clavel, el principal acusado y único detenido por el crimen de Prats.
Arancibia Clavel había trabajado con un argentino vinculado a la Triple A y a José López Rega y al ex rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Oscar Ottalagano. Ambos militaban en organizaciones de ultraderecha y son acusados de haber sido los responsables del atentado contra el militar chileno.
Contreras responsabilizó de la materialización del ataque con explosivos contra Prats a "Michael Townley y a su mujer Mariana Callejas en concomitancia con la CIA y a individuos que trabajaron para el grupo Milicias (sic) y Triple A" en la Argentina". Es cierto que Townley fue un agente de la CIA pero también trabajó para la DINA y allí se conectó con Mariana Callejas, según el informe Scherrer, un agente del FBI destacado en Buenos Aires que comenzó a investigar la represión antisubversiva por órdenes de su gobierno. Es que la DINA había atentado en Washington -en las propias narices de todo el sistema de Inteligencia americano- a Orlando Letelier, ex canciller del presidente socialista, Salvador Allende.
Tamaña afrenta no podía ser tolerada por el presidente demócrata de Jimmy Carter, cuya administración no participaba ni aceptaba la política intervencionista de sus antecesores republicanos -Richard Nixon y Gerald Ford- para esta parte del continente y su abierto apoyo a los regímenes militares cómo método para detener el avance del comunismo alentado por Fidel Castro desde Cuba. Contreras -según El Mercurio- reveló como fuente de su información al general (RE) Otto Paladino, ex jefe de la SIDE durante el Proceso Militar. "El fue quien me dijo que Mariana Callejas fue quien apretó el botón de control remoto que hizo estallar el auto de Prats". Paladino esta muerto y no puede confirmar ni desmentir esta información.
Servini de Cubría interrogó a Contreras por su responsabilidad en el atentado contra Prats por su condición de ex jefe de la DINA -Central de Inteligencia Civil que Pinochet había militarizado y puesta a su servicio- y a su segundo, Pedro Espinoza. Los dos están cumpliendo una condena en Punta Peuco, penal de máxima seguridad especialmente construido por el gobierno de Eduardo Frei para alojar a militares procesados por crímenes de lesa humanidad, por el atentado contra Letelier.
Ahora, la jueza argentina deberá decidir después de estas indagatorias si pide la extradición de Contreras y de Espinoza y si profundiza la investigación hasta llegar a Pinochet.