La advertencia habría sido formulada en Buenos Aires por el entonces secretario de Terrorismo y Narcotráfico del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Robert Gelbard, durante una entrevista que le concedió en la Embajada norteamericana, en marzo de 1994, al ex representante argentino ante las ante Naciones Unidas Jorge Alberto Vázquez.
Sin embargo, el diplomático asegura que no comunicó la novedad a la Cancillería porque el funcionario americano le había asegurado que era inminente una conversación con el ex titular de la SIDE. Hugo Anzorreguy, para brindarle detalles de las actividades de los grupos terroristas que había detectado la inteligencia americana. Los investigadores de los atentados a la AMIA y la Embajada de Israel sindican al Hezbollah como el principal responsable de ambos hechos ocurridos en la década pasada.
Vazquez formuló un pormenorizado relato de la entrevista con Gelbart ante el juez federal Juan José Galeano, quien tiene a su cargo la investigación por el atentado a la AMIA. ocurrido el 18 de julio de 1994.
Los detalles de la entrevista con el alto funcionario norteamericano revelan que éste le planteó de manera directa que lo traía a la Argentina "un problema muy serio que tenemos, que es la permisibilidad del gobierno argentino en la Triple Frontera".
Vázquez le habría reclamado mayores detalles acerca de tan importante revelación, por lo que Gelbard profundizó señalando que el movimiento fundamentalista Hezbollah "está operando en la Triple Frontera y saliendo de la Argentina por esa zona".
La entrevista, siempre de acuerdo con el relato de Vázquez, tenía, en principio carácter informal y "afectuoso en virtud de las relaciones compartidas", pero tomó conciencia del "valor adicional" de la misma cuando el funcionario americano lo recibió acompañado de un "note taker", un empleado que toma nota de las conversaciones así se trate de charlas informales.
"Aquí lo tengo esperando a Hugo Anzorreguy para advertirle sobre nuestra preocupación respecto de este tema", le habría asegurado el funcionario del Departamento de Estado a Vázquez, en alusión al ex Secretario de Inteligencia durante el gobierno menemista.
Ante una pregunta que en ese sentido le formuló el tribunal, Vázquez reconoció que al retirarse de la Embajada no se encontró con Anzorreguy ni tampoco "vio los autos de custodia", por lo que no le constaba que la reunión entre Gelbard y el jefe de la Inteligencia argentina se hubiera concretado.
También reconoció que no le había comunicado el contenido de la conversación a la Cancillería Argentina, de la cual dependía, porque Gelbard le había aclarado que el motivo de su visita era "transmitir esta preocupación, habiendo funcionarios específicos para entender estos temas", como era el caso de Anzorreguy.
Vázquez entendió en ese momento que se sentía liberado de comunicar a sus superiores.
Meses después, cuando había ocurrido el atentado en el que murieron 86 personas, Vázquez llamó telefónicamente a Gelbard a su domicilio particular en Washington para "increparlo" acerca de por qué el Departamento de Estado "no tomaba otra posición sobre este tema",a lo que Gelbard le habría respondido en forma lacónica que "la entrevista con Anzorreguy no se había efectuado", lo que fue confirmado por este último durante una charla posterior, ya que ambos mantienen una relación de amistad.