Es la que desató las diversas manifestaciones del sindicato de los Empleados Judiciales contra la Corte. La sorpresiva e inentendible protesta por el traslado de agentes del fuero Laboral a los fueros Comercial y Previsional solo se explica si se atiende la relación interna de fuerzas del gremio que los nuclea. Es que en el fuero Laboral tiene su predicamento, Herman Mendel, tesorero de la Unión de Empleados y Obreros del Poder Judicial de la Nación y virtual hombre fuerte del gremio. La presidencia de Julio Piumato -le deseamos un pronto reestablecimiento y condenamos el ataque con balas sufrido en la madrugada del miércoles cuando participaba de una protesta sindical, más allá de no compartir sus motivaciones- en dicho sindicato fue producto de un acuerdo de distintas líneas internas. Quitarle afiliados a Mendel podría debilitar a uno de los aliados más importantes que tiene el secretario general de los Judiciales y secretario de Prensa de la CGT disidente del camionero Hurgo Moyano. El resto de las argumentaciones exhibidas por los gremialistas para justificar sus bullangueras y poco apacibles protestas por los pasillos de Tribunales, no se condice con la emergencia que se vive en el Poder Judicial como consecuencia de la grave situación económica que soporta el resto de la sociedad. Si hay poco trabajo en unos juzgados y sobra en otros, es correcto hacer un adecuado uso de los recursos humanos que se poseen, más allá si el vaciamiento del fuero Laboral es producto de determinada política económica. Por otro lado, esa política es producto de una realidad mundial que no se puede cambiar con discursos extravagantes y ni siquiera por protestas callejeras.
hugo morales / dju
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