Del expediente se desprende que Mirtha Soler de Orihuela denuncia al juez Héctor Acosta, juez federal de primera instancia de San Rafael, Mendoza. La denunciante manifiesta que "a partir del denominado caso "Bordón" tomó participación activa en diversas investigaciones que no sólo terminaban en la muerte de Sebastián Bordón, sino que incluían otros hechos dudosos" y que "de sus investigaciones comenzó a surgir un claro indicio de tráfico de drogas y tráfico de niños, motivo por el cual se apartó del apoyo que estaba dando a la familia del nombrado, y que a partir de ese momento comenzaron a sucederle una serie de cosas, imputables al juez Acosta".Destacó que "hallándose en el departamento de Malargüe, fue acosada y amenazada por una persona llamada Mario Cofre, quien manifestó ser personal de seguridad del magistrado, ante lo cual radicó la denuncia en la ciudad de San Rafael, la que no fue tramitada".Sostuvo además que "el juez Acosta, abrió una investigación sobre tráfico de drogas relacionadas con el caso Bordón, donde citó a la denunciante de las presentes a presta declaración testimonial y hallando contradicciones con los dichos de otros testigos, le imputo falso testimonio, sin que abriera una investigación sobre los dichos de otras personas". A su vez el magistrado "le inició una querella por calumnias e injurias, atribuyéndole una serie de hechos de los que dice, no tiene conocimiento". La denunciante sostuvo que "el juez Acosta se mueve a través de la lista de conjueces que normalmente son personas de su muy íntima confianza, lo que motiva que casi siempre él no participe en los actos de acción directa". Destaca además que "el magistrado ya fue investigado por ejercer el comercio a través de interpósitas personas, habiendo sido sancionado por la Cámara Federal de Mendoza.
Por último sostuvo que "el doctor Acosta, le confesó personalmente que sabía como había muerto el joven Pardo, lo que fue debidamente grabado y depositado en la Comisión de Derechos y Garantías de Diputados de la provincia de Mendoza".