Para el Parlamento italiano desde el extranjero sepostulará el juez Julio Cruciani, hijo de italianos y hombre convertido en un verdadero fogonero en la numerosa colectividad peninsular através de la Asociación "Unione e Benevolenza", donde suele compartir tribuna con destacadas personalidades del mundo italo-argentino. El pintoresco juez, que sabe causar escalofríos a más de un funcionario judicial con su punzante verba, deberá competir contra dos colosos de la industria: Agostino Rocca y Franco Macri, empresarios italianos que también quieren sumarse al Senado de Roma que tiene la particularidad, como en la época del Imperio, de reconocer delegados de las "extranjerías", esto esrepresentantes de las numerosas ee influyentes colectividades en otros países como el nuestro, Brasil o Estados Unidos. Cruciani, además de gozar de vida de campo con su nueva propiedad en Zapiola, localidad cercana a Lobos, no desperdiciaoportunidad de trascender desde lo político: acaba de acercarle al presidente Fernando De la Rúa un proyecto de "Racionalización del Estado sin costo social". Claro que la iniciativa no es nueva porque ya la había acercado -sin éxitoaparente- al anterior gobierno el 13 de septiembre de 1990. La entrega de Cruciani a De la Rúa se hizo sin intermediarios directamente a través del secretario privado del presidente, y después de haberlo conversado en la residencia deOlivos, la misma que visitó -en más de una oportunidad- cuando el principal residente era Carlos Menem.
hugo morales / dju
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