Los dirigentes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) tenían planeado reunirse con una denominada Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), que creó el Congreso para mediar en el conflicto que ya cumplió más de siete años.
El principal propósito de la inusitada visita de los jefes rebeldes a la capital, la primera desde que se levantaron en armas en 1994 para exigir mejores condiciones de vida para los indígenas, es reunirse con legisladores y convencerlos de que aprueben una norma sobre cultura y derechos indígenas.
La iniciativa de ley, cuya aprobación promueven los zapatistas, fue enviada al Senado el 5 de diciembre por el presidente Vicente Fox, cuatro días después de que asumió un mandato de seis años.
El proyecto, que recoge una propuesta que la Cocopa realizó en 1995, plantea cambios en siete artículos de la Constitución sobre temas que han causado opiniones encontradas entre las diferentes bancadas de la cámara alta, lo que anticipa un extenso proceso legislativo para su eventual aprobación.
En el Congreso mexicano ninguna fuerza política tiene mayoría absoluta. Para que la iniciativa se convierta en ley, se requiere el aval de las dos terceras partes de las cámaras de Senadores y de Diputados.
El ``subcomandante Marcos"" dijo el viernes que los dirigentes zapatistas permanecerán en la capital mexicana hasta que se reconozcan constitucionalmente los derechos de los indígenas.
Las discrepancias de la iniciativa se centran principalmente en cambios propuestos al artículo 4 constitucional sobre el otorgamiento de una plena autonomía a los pueblos indígenas para decidir sus formas de gobierno, organización social o, incluso, sus métodos de justicia a través de los llamados ``usos y costumbres"".
Algunos legisladores del derechista Partido Acción Nacional (PAN), el mismo de Fox, han rechazado la iniciativa porque sugiere la creación de gobiernos autónomos.
Un tema que ha causado controversia entre parlamentarios es si los miembros del Congreso aceptarán conversar con los rebeldes si ellos mantienen los rostros cubiertos con sus tradicionales pasamontañas o si se les pedirá que se despojen de ellos.
Otro tema que ha dividido a los congresistas mexicanos sobre el formato del diálogo con los jefes del ejército zapatista es si a éstos se les permitirá subir a la tribuna de la Cámara de Diputados, como propuso la semana pasada la dirigencia nacional del izquierdista Partido de la Revolución Democrática.
La propuesta ha sido rechazada por otros grupos parlamentarios bajo el argumento de que violaría el reglamento interno del Congreso mexicano.