Ortega, en un breve diálogo sostenido con los periodistas acreditados en los tribunales federales de Retiro, sostuvo que no le había dicho nada nuevo al juez "más allá de lo que salió en los diario"; confirmó haberle expresado su preocupación a Duhalde por los rumores y también por los dichos atribuidos al ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, respecto de que a los senadores los iba a arreglar con "una Banelco".
Sin embargo, al término de la indagatoria, Ortega prefirió dejar en manos de su abogado defensor Carlos Garay el brindar detalles sobre la indagatoria y el letrado sostuvo que el ex gobernador tucumano "desconocía absolutamente" sobre la existencia de sobornos pagados a cambio de la Reforma Laboral" y que “a él "nadie le ofreció nada".
La indagatoria de Ortega se produjo horas antes de presentarse como testigo ante el juez el propio Duhalde, quien horas antes había asegurado que esa diligencia era "una perdida de tiempo" porque no tenía nada para decir.
"Jamás", enfatizó Garay cuando fue consultado acerca de si su cliente había cobrado coimas.
El diálogo entre Ortega y Duhalde fue referido por el senador justicialista Antonio Cafiero al declarar ante Liporaci. Cafiero dijo que él había intentado transmitir su preocupación sobre los rumores de sobornos en el Senado al ex mandatario provincial y que este le dijo que ya había tomado conocimiento de los mismos porque se lo había transmitido Ortega.
Los dichos del ex trovador "nuevaolero" no fueron más allá de lo previsto, y se constituyeron en la antesala de la diligencia considerada como "el plato fuerte" de las indagatorias: la presencia del senador salteño Emilio Cantarero, que se concretará el viernes próximo.
Cantarero aparece como uno de los legisladores más comprometidos a raíz de sus declaraciones a un matutino, y la posterior denuncia que formuló en su contra la legisladora neuquina Silvia Sapag, en este caso en torno al tratamiento de la ley de hidrocarburos.