Madeja internacional en torno a la extradición del ex
presidente chileno, Augusto Pinochet. Si bien es cierto que los plazos
procesales en la causa abierta por el crimen del ex jefe del Ejército de ese
país, Carlos Prats, no daban otro margen al juez Juan José Galeano en reemplazo
de la titular María Servini de Cubría, el solo hecho de que el anciano senador
pueda trasponer los Andes para sentarse en un banquillo de acusados ante un
tribunal argentino, encrespa las aguas de la relación bilateral. Por eso no
sería extraño que la Sala II de la Cámara Federal Penal –Martín Irurzun, Horacio
Cattani y Eduardo Luraschi- que suele mostrarse atenta a las “cuestiones de
Estado” que le plantea la Alianza, encuentren que para el general hayan vencido
los plazos y su acusación esté prescripta pese a que declaró válido el proceso
para otros ex militares chilenos: Manuel Contreras y José Espinoza, ex “capos”
de la DINA (Desparecida Central de Inteligencia) que se reportaba directamente a
Pinochet y que fue blanqueada por su ex agente, Michael Townley –también doble
espía y protegido de la CIA americana- como responsable del crimen de Prats, que
como se sabe se viene ventilando en Buenos Aires con un único acusado: el ex
espía Enrique Arancibia Clavel.
hugo morales / dju
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