Problemas serán, entonces, los que deba domar Bruno en la SIDE, un nombramiento que sorprendió por el sigilo que quiso imponerle el propio ex juez, sin darse por enterado que en esa central de espionaje hace tiempo que los secretos ya no se respetan y las informaciones llegan primero al “padrino” de grupo que al propio funcionario responsable de una decisión. Lo que no es sorpresa para los bien informados es la antigua y consolidada relación de Bruno con dos personajes clave en el mundo de la Inteligencia local: Enrique “Coti” Nosiglia y Hugo Anzorreguy, anterior jefe de ese organismo, quien en su mandato repitió un esquema parecido pero con otras funciones –aunque de asuntos externos, precisamente judiciales- con el ex juez José “Pepe” Alevatto. El padre de Bruno fue un importante comisario de la Policía Federal que alivió la tarea de Nosiglia como ministro del Interior de Raul Alfonsin al esclarecer varios casos resonantes sobre secuestro de empresarios. Como renuncio, su caso abierto en el Consejo de la Magistratura será cerrado, pero de todos modos, con los apoyos con que contaba el entonces magistrado, sumados a la muy buena exposición que desarrollo en su audiencia de descargo, pocos eran los que pronosticaban un destino diferente en tan sensible trámite.
hugo morales / dju
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