Los dos hombres estaban acusados de haber enviado desde elaeropuerto de Malta la bomba que hizo estallar el vuelo 103 de PanAm cuando sobrevolaba la pequeña localidad escocesa de Lockerbie.Era el 21 de diciembre de 1988 y 270 perdieron la vida.
Calificado por la acusación de "alto responsable" de losservicios secretos libios (JSO), Al Megrahi, de 48 años, ejercíalas funciones de jefe de la seguridad de las líneas aéreas libias.También había sido director del centro de estudios estratégicosde Trípoli.
Tres testimonios clave pesaban en su contra:
* El de Tony Gauci, propietario de un comercio de Malta dedonde procedía la ropa que sirvió para ocultar la bomba. Gaucireconoció, entre doce fotografías, a Megrahi como el hombre que lehabía comprado dichas prendas.
* El de Edwin Bollier, empresario de Zurich, propietario de lafirma MeBo que fabricó el minutero electrónico MST-13 utilizadopor los terroristas para activar la bomba. Bollier reconoció habersido contactado por Megrahi, especialmente para probar los famososminuteros en el desierto libio de Sabha.
* Por último, el de Abdul Mayid Giaka, un agente doble libio que trabajabapara la CIA.
Contra Fhimah, el otro imputado, la acusación se apoyabaprincipalmente, además del testimonio de Giaka, en una anotaciónencontrada en su agenda: "retirar etiquetas de Air Malta", seguidade "OK".La acusación lo había presentado como "el cómplice perfecto",considerando que sin su connivencia, sin su perfecto conocimientodel aeropuerto de Malta, la bomba no habría podido ser introducidaen el sistema de facturación de equipaje.
Sin embargo, en los últimos días del juicio, el fiscal AlasteirCampbell había tenido que enmendar su acta de acussación retirandoel pasaje que calificaba a Fhiman de miembro del JSO por faltade pruebas.
Por su parte, la televisión estatal de Libia anunció que los abogados de la defensa apelarán dentro de los próximos 14 días.
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