El presidente del Congreso, Carlos Ferrero, mano derecha del principal candidato presidencial, Alejandro Toledo, es el más alto responsable peruano hasta ahora en declarar públicamente lo que es un secreto a voces que recorre desde hace semanas los altos círculos políticos y diplomáticos.
"Si el gobierno estadounidense realmente nos ayudara, hace rato habríamos atrapado a Montesinos", declaró Ferrero al principal diario peruano El Comercio, de tendencia moderada y referencia obligada para medir el pulso de la lucha que libra el gobierno del presidente transitorio Valentín Paniagua.
Ferrero cree que "hay una protección indirecta, una indiferencia de Estados Unidos o de algunos de los organismos policiales de los norteamericanos, que se ponen de perfil, porque como ha sido una persona que trabajó para ellos no les gustaría que revelara las cosas que sabe".
Investigaciones efectuadas por el procurador especial, José Ugaz, indican que Montesinos montó una vasta red de corrupción que le permitió acumular unos mil millones de dólares provenientes del lavado de dinero por tráfico de armas y drogas, entre otros.
En respuesta a estas imputaciones, fuentes de la embajada de Estados Unidos recordaron que el FBI colabora en la búsqueda de Montesinos, tal como lo reflejó el arresto en Miami del peruano Alberto Venero, a quien la justicia peruana considera como el testaferro del ex jefe de los servicios secretos.
Durante la década en la que fue "el poder detrás del poder" en Perú, Montesinos generó reacciones encontradas en Washington: algunos lo consideraban útil y otros lo veían como un piedra en el zapato que podría acabar repitiendo la amarga experiencia del ex gobernante panameño Manuel Antonio Noriega.
Esa encrucijada se trasladó a la embajada de Estados Unidos en Lima, donde la CIA lo defendía, contrariamente a la Agencia antidrogas estadounidense (DEA).
El ministro de Justicia, Diego Garcia Sayán, ex asesor de Toledo, también dijo al diario Los Angeles Times el fin de semana que "la supervivencia de Montesinos en los niveles más altos del poder fue, por años, responsabilidad del gobierno estadounidense".
La comisión especial del Congreso que investiga la red de corrupción que Montesinos montó desde el poder se situó en la misma frecuencia.
"No hemos recibido ninguna colaboración, ni hemos recibido ningún informe", dijo el legislador David Waissman, presidente de la comisión parlamentaria, al hacer el lunes un primer balance sobre sus investigaciones iniciadas hace tres meses.
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Esperá que te filmo 24/01/2001