El integrante de la cámara federal de San Martín subrayó que "de ese modo, por la naturaleza de nuestras funciones no nos esta dado adoptar los diversos criterios de “flexibilidad” que pueden resultar tan comunes en otras actividades como, por ejemplo, en la política".
Asimismo, subrayó que "el proyecto en cuestión no registra antecedentes conocidos y, antes bien, los organismos internaciones abogan no solo para que los jueces resuelvan los asuntos con imparcialidad, sin restricción alguna y sin influencias, alicientes, presiones, amenazas o intromisiones indebidas (...), sino también para que se les garantice su inamovilidad y, en caso de ser necesario, que la separación de sus cargos se lleve a cabo mediante un proceso administrativo disciplinario, con todas las garantías de defensa y especificamente contradictorio."
Por último, Prack comparó el proyecto de Ruckauf, con "la malhadada idea de aquel hacendado de Virginia Estados Unidos que, a fines de slglo XVIII instituyó tribunales privados para juzgar sumarialmente a criminales flagrantes, con los aberrantes resultados por todos conocidos. Su apellido era Lynch y de allí se derivan los términos "linchar" y "linchamiento".
"En los inicios del tercer milenio es justo proponer que no se linche a los jueces. La República no lo toleraría", expresó el camarista.