En la grabación se pudo escuchar, en una emisión radial porteña, cómo el imputado consulta a su jefe el 10 de agosto de 1996, a dos años del atentado, respecto de qué actitud tomar al sentirse acorralado.
En la conversación que mantuvieron, Calabró le recomendó entregarse, porque otra cosa implicaría incurrir en el delito de "incumplimiento de los deberes de funcionario público" y le mencionó a otros policías implicados en el caso, a quienes les encontrarían un lugar para detenerlos en la ciudad de Quilmes.
Ribelli fue procesado por el juez federal Juan José Galeano en calidad de partícipe necesario del ataque terrorista del 18 de julio de 1994, y además como responsable de los delitos de privación ilegítima de la libertad, extorsión, secuestro extorsivo y asociación ilícita.
Una semana antes de perpetrado el ataque a la sede mutual judía en Buenos Aires, Ribelli recibió una herencia familiar de 2,5 millones de pesos que hace sospechar a los investigadores que no es otra cosa que la contraprestación que habría recibido a cambio de la entrega del vehículo que se utilizó como coche bomba.
Entre los policías que menciona Calabró en la conversación telefónica como implicados, están Anastasio Irineo Leal, Raúl Ibarra, Alejandro Burgette, Jorge Rago y José Miguel Arancibia, todos imputados con distintas responsabilidades en el juicio oral y público que comienza hoy.