02 de Julio de 2024
Edición 6997 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 03/07/2024

Leonard Cole y Martín Raffel, del Jewish Council for Public Affaires

“La investigación de los atentados en Argentina se complica por la competencia entre los servicios de seguridad”

 
En el marco caótico de la primera jornada del juicio por el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) dos hombres con un acento distinto se sentaron en la nueva sala de audiencias de los tribunales de Retiro, en Buenos Aires, aunque aclararon que no son parte de la larga lista de veedores que se instalaron para controlar que se realice un juicio que encuadre con las normas del derecho internacional.

Ambos llegaron de Estados Unidos, un país en el que la atención por el juicio creció desmesuradamente luego del trágico ataque del pasado 11 de septiembre, cuando grupos de terroristas tomaron cuatro aviones con los que apuntaron contra las torres gemelas en Nueva York y contra el Pentágono en Washington.

Se trata de Leonard Cole, presidente del Jewish Council for Public Affaires (JCPA) (Consejo Judío para los Asuntos Públicos), símil de la DAIA en los Estados Unidos, “una agencia paraguas que representa a 123 comunidades y a 13 organizaciones de todas las regiones del país, y que se ocupa de los temas sociales y de las políticas públicas en la relación directa o inderecta con la comunidad judía”, según él mismo lo definió.

Cole, cientista político y experto en la prevención de guerras bacteriológicas y químicas, que escribió el libro “La undécima plaga” como resultado de sus estudios sobre lo que se estima será una nueva metodología de guerra, llegó a Buenos Aires acompañado por Martín Raffel, el director de Asuntos Internacionales de la organización. Juntos aseguran que vinieron “a seguir atentamente el desarrollo del juicio, a dar apoyo moral a las familias de las víctimas y a quien lo requiera”, aunque advierten que “el papel más importante es que el gobierno de Estados Unidos se convenza de que el juicio en Argentina es un tema que preocupa a la sociedad norteamericana”.

“En esencia el mensaje que les intentamos dar a los argentinos es que estamos preocupados y que valoramos el esfuerzo de hacer justicia. Les dijimos que estábamos decepcionados de que haya demorado tanto llegar a un juicio y los estimulamos para que pongan todos los recursos y esfuerzos para que se pueda descubrir todo lo que haya descubrir, tanto en la dimensión local como en la internacional”, explicó Raffel, quien recalcó la importancia que tiene el proceso judicial para el mundo después del 11 de septiembre.

El JCPA representa a los seis millones de judíos que viven en Estados Unidos, que tiene una población de 300 millones de habitantes. Según explicó Cole a Diariojudicial.com a pocas horas de retornar a su país, “no es suficiente que nos sintamos mal por lo que sucedió, nuestro desafío es poder usar lo que tenemos de poder político para castigar a los responsables, y tratar de asegurarnos que no volverá a ocurrir, ese es el más importante homenaje que podemos hacer a las víctimas y a sus familiares”.

Diariojudicial.com: ¿Con qué expectativas vuelven a Estados Unidos respecto del juicio?

Martin Raffel: Si se acredita la evidencia, esperamos que los acusados reciban un castigo severo y proporcional con la medida de la culpabilidad. Además tenemos el deseo de que surja nueva información que permita a las autoridades avanzar en la investigación sobre quiénes efectivamente perpetraron el ataque y que no sólo se condene a quienes colaboraron.

Dju: ¿Cuál fue el fin de la visita?

MR: Tuvimos dos objetivos centrales: el primero fue expresar la solidaridad con la comunidad judía, ya que el juicio por el atentado a la AMIA es un tema de gran preocupación para todos los hombres de buena voluntad; pero la segunda razón es diferente a la que hubiese dado antes de venir: expresar la solidaridad al pueblo argentino por parte de los ciudadanos de Estados Unidos, para estar juntos y respaldar las conductas civilizadas, porque desde el 11 de septiembre se creó una sensibilidad especial acerca de lo que está pasando en Argentina para lidiar con el terrorismo en la Justicia, lo que va a llevar a una mayor información sobre los ideólogos de los atentados, que sospechamos que podrían ser los mismos que en Estados Unidos e Israel.

Dju: ¿Realmente cambió la situación después de los ataques en Nueva York y en Washington?

MR: En realidad venimos trabajando desde antes. Cada 18 de julio organizamos una manifestación frente al consulado argentino en Nueva York, trabajamos con miembros del Congreso para que envíen cartas presionando a Carlos Menem y también a Fernando De la Rúa, además de haber realizado reuniones personales cada vez que un funcionario de alto nivel visita Estados Unidos.

Dju: ¿Qué visión tienen del desarrollo de la investigación desde allá?

MR: No tengo la precisión que tiene ustedes desde acá, pero hemos escuchado que ha habido decepción y frustración respecto de la velocidad y la intensidad de la investigación. Durante estos años transmitimos estos sentimientos a las autoridades de Argentina. Además estimulamos a nuestro gobierno para que use su influencia con el gobierno argentino. Lamentamos que no haya sido tan efectivo como hubiésemos deseado. Todo lo que puedo decir es que seguiremos haciéndolo con cualquier gobierno, para poder llegar lo más a fondo posible.

Dju: ¿Sienten algún tipo de discriminación en Estados Unidos?

Leonard Cole: Estamos muy preocupados por lo que se evidenció en la en la Naciones Unidos y en la conferencia de Durban contra la Discriminación (cuando se retiraron las delegaciones de Estados Unidos e Israel). También por la reacción mundial a la violencia israelí iniciada por los palestinos. Nadie puede predecir el futuro, pero creo que es demasiado pronto para movilizar a la comunidad judía para luchar por algo que en los Estados Unidos no existe. Nuestros mayores esfuerzos son para estimular a nuestro gobierno y a los de buena voluntad en el mundo para que comprendan el peligro del terrorismo internacional y de las creciente evidencias de antisemitismo en todo el mundo.

Dju: Hace poco tiempo altos funcionarios de la Corte Suprema argentina se mostraron expectantes de que el atentado en Estados Unidos incremente la voluntad de investigar de servicios de inteligencia de su país y así obtener datos a los que las agencias locales no tiene acceso por carecer de los recursos. ¿Creen que esta especulación es verosímil?

LC: Por supuesto que vamos a promover que haya cooperación entre los servicios de inteligencia. Aunque hemos tenido encuentros off the record en los que nos dijeron que en el sistema argentino y en relación con las investigaciones de los atentados hay mucha competencia entre los organismos de inteligencia y de seguridad, lo que genera dificultades para canalizar la información confiable. Inclusive hemos recibido comentarios de que no se trata sólo de competencias, sino de cosas peores. A veces encubrimientos deliberados. En estados Unidos seguramente también existe competencia interna en la cooperación entre los diversos organismos de investigación, lo que no es un secreto, ya que han salido en la prensa críticas a la falta de cuidado, lo que llevó a la tragedia del 11 de septiembre.

Dju: ¿Por qué no se está utilizando hasta ahora la tan temida metodología de los ataques bactereológicos?

LC: Es un fenómeno muy complejo y no totalmente comprendido, pero las razón más obvia es que mucha gente sabe cómo operar con bombas y municiones, pero poca con arsenales biológicos. Además, cuando se explota una bomba o se estrella un avión en un edificio, uno sabe bien cuál va a ser el efecto. En cambio, si se vierten agentes biológicos en el ambiente, en el peor caso será una catástrofe, pero los resultados son mucho más previsibles. Desde el punto de vista del terrorista, y desde algunos sectores de la inteligencia, se prefieren grandes explosiones y la atención inmediata de la opinión pública a través de los medios. Otros analistas dicen que también sería impactante que miles de personas se enfermaran mortalmente. Ha habido una visión mundial acerca de que estas armas son inusualmente repugnantes desde el punto de vista moral, lo que detiene a algunos en su deseo de utilizarlas, porque temen que su causa sufra más por actuar con estas armas.

Dju: ¿Creen que como respuesta al ataque del 11 de septiembre Estados Unidos puede llegar a ceder en su oposición a la Corte Penal Internacional?

MR: El aparato de defensa de Estados Unidos está fuertemente en contra de la Corte Penal, y a menos que la CPI le diera una excepción absoluta a Estados Unidos, me temo que mi país no ratificará el Estatuto de Roma. La verdad es que cuando uno ve a los estados árabes, a los palestinos o a los demás países islámicos tratando de definir a los asentamientos israelíes como crímenes de guerra, nos da la señal de que esta CPI, que apoyamos en principio, puede ser tomada para intenciones políticas. Apoyamos la creación de la Corte, pero con la garantía de que sea seria, y que no sea contaminada con objetivos políticos e impropios. Diría que el jurado está en otra sala determinando si es posible que la Corte no se contamine.

Dju: ¿Falló el sistema de seguridad de Estados Unidos el 11 de septiembre?

LC: Seguramente parte del sistema falló. Antes hablábamos de armas biológicas y exóticas como armas de destrucción masiva, pero esta fue una operación de baja tecnología, en la que los terroristas se subieron a aviones, y no fueron una o dos personas, sino 19 en cuatro lugares distintos, y ese es un fracaso significativo. Aun cuando requiere cierta habilidad volar estos aviones, miles y miles de personas han sido entrenadas sin mayores impedimentos. Estoy tristemente impresionado de cómo fue el proceso en cada etapa y en cuántos niveles debió haber habido una prevención adecuada y no la hubo. En una democracia en la que hay libertad de movimientos, la apertura es lo más difícil de defender de la presión de un estado policial que siempre asedia, pero sigo prefiriendo vivir en una democracia.

Dju: ¿Qué impresión se llevaron del gobierno argentino luego del encuentro con el ministro de Justicia, Jorge de la Rúa?

LC: Lo más importante no es una cosa que dijo, sino la sensación de que me convenció de que quiere Justicia, y de que no ven el juicio no como el final del camino, sino como el principio de lo mucho que vendrá, con muchas oportunidades más de enfrentar el terrorismo. El ministro además reconoció que Argentina puede jugar un importante rol como socio de Estados Unidos en la coalición internacional para luchar seriamente contra el terrorismo. El juicio por el atentado de la AMIA es parte de la campaña contra el terrorismo.

Puede ver otras notas relacionadas con el juicio del atentado a la AMIA en DiariodelJuicio.Com



luciano hazan / dju
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