Durante su alegato, el fiscal consideró que el testimonio de Salgueiro resulta suficiente "para acreditar claramente" los hechos sucedidos el 1 de julio de 1995, cuando fue víctima de una brutal golpiza en Belgrano.
Salgueiro sufrió una agresión de parte de una veintena de skinheads que al grito de “heil Hitler” lo insultaron y golpearon hasta dejarlo inconsciente. “Judío de mierda”, y otras agresiones discriminatorias por el estilo le habrían gritado aquella noche en las cercanías de la esquina de Moldes y Olazábal mientras recibía “golpes, patadas, palazos y cadenazos”, hasta que un puntapié en la sien lo dejó inconsciente.
Para Huarte Petite, el testimonio del joven es "verosímil", "lógico y coherente" y destacó las declaraciones de la psicóloga que le brindó tratamiento psiquiátrico y del rabino Daniel Goldman, quienes coincidieron en asegurar que Salgueiro era incapaz de denunciar a alguien si no estaba seguro de su culpabilidad.
Ayer, el rabino Goldman, quien en su momento le brindó "asistencia espiritual" a Salgueiro cuando este se encontraba, según el religioso "desmoralizado y con pocas ganas de vivir" por los hechos de los que había sido víctima, declaró que a través de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de la que forma parte, puso a Salgueiro en
contacto con una psicóloga que le dio asistencia médica.
Al respecto, la psicóloga Aguiar indicó también ayer que la víctima presentaba un "estado emocional penoso" y con mucho “ pánico", que se representaba en "las pesadillas" y el "insomnio" que Salgueiro sufrió durante mucho tiempo, así como la actitud "persecutoria" que aún experimenta. La especialista aseveró que el joven en la actualidad padece de un estado de “alerta y tensión” y de una desconfianza “básica”, lo que provoca que hoy presente enfermedades “psicosomáticas”.
La consideración del fiscal se debió a que -durante la instrucción- fue muy cuestionado el reconocimiento realizado por el joven para dar con sus presuntos agresores. A partir de ese reconocimiento se imputó a los tres "skinheads" que actualmente son juzgados por el Tribunal.
Para el defensor de los imputados, Carlos Garay, ese procedimiento fue "ilegal" y con él "se corta la cadena que permite atribuir la materialidad del hecho" a sus defendidos.
El letrado, pidió la absolución de los imputados cuestionando distintos elementos de prueba, entre ellos las "contradicciones" en las que habría incurrido la víctima al momento de declarar, por lo que pidió que "se descalifiquen sus dichos como prueba única".
En la audiencia de ayer declaró Leonardo Gorini, cuyo relato benefició, según el defensor, a los imputados Griguol, Orlando Romero Da Silva y al prófugo Andrés Paszkowski, ya que contradijo algunos de los dichos de Salgueiro.
La contradicción se produjo porque la víctima había mencionado ante el Tribunal que días después de haber recibido la golpiza, unos conocidos del barrio le comentaron que Griguol había ido a la puerta del colegio Roca para “presumir por su participación en el hecho”, pero Gorini, uno de esos supuestos informantes, indicó que nunca lo había visto y aclaró que cuando se enteró del episodio jamás tuvo conocimiento del nombre de los agresores.
Además, Garay opinó que, habiendo un fallo de la Cámara de Casación que anuló una sentencia anterior en la que los tres "skinheads" habían sido condenados a tres años de prisión, no podía volver a condenárselos por una pena mayor porque se estaría violando "el derecho de una adecuada defensa en juicio".
Una vez que las partes culminaron sus alegatos, los jueces Luis Direnzi, Andrés Gordo y Guillermo Madueño pasaron a un cuarto intermedio hasta mañana a las 10:00, cuando se escucharán las últimas palabras de los acusados y el veredicto.