En conversación con Diariojudicial.com, Ciafardini remarcó de esta manera la efectividad del Plan que comenzó a implementarse en la primera etapa del gobierno de Fernando De la Rúa, cuando Ricardo Gil Lavedra era el ministro, y que hasta ahora fue adoptado solamente por la Ciudad de Buenos Aires.
Mientras que los homicidios en la Capital se redujeron de 5 cada cien mil habitantes a 4,8 –prácticamente se mantuvo estable-, en el Gran Buenos Aires crecieron un 30 por ciento.
Mientras tanto, en las ciudades de Rosario y Mendoza las cifras muestran importantes aumentos, llegando en ambas al 20 por ciento con respecto al año pasado. De todas formas, hay que tener en cuenta que en los datos suministrados por la Subsecretaría no se diferencia entre los distintos tipos de homicidios.
El Plan Nacional de Prevención del Delito tiende a elaborar políticas anteriores al delito –por lo tanto no represivas- de acuerdo con las necesidades de seguridad de los vecinos de cada barrio, que han opinado en reuniones realizadas periódicamente en los Centros de Gestión y Participación. Sin embargo, la política de seguridad que emprendió el Gobierno delarruista en sus primeros días se vio contradicha por el impulso, por ejemplo, de la ley que extendió los poderes de la policía a través de una reforma al Código Procesal Penal de la Nación.