04 de Noviembre de 2024
Edición 7084 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 05/11/2024

Juez federal Sergio Torres

Yo no me siento más legitimado que otros jueces por haber sido seleccionado por el Consejo de la magistratura.

 
El primer encuentro del juez federal Sergio Torres con Diariojudicial.com aparece atravesado por una anécdota con ribetes inusuales propios de la vorágine con la que se desarrollan los acontecimientos políticos del país. La entrevista con el magistrado, una de las caras nuevas en el fuero Federal, fue pactada con anticipación sin que nadie presagiara que ese mismo día y a la misma hora el tristemente célebre Alfredo Astiz iba a quedar detenido a su disposición, ante un pedido de la justicia sueca que lo reclama por el asesinato de la joven Dagmar Hagelin, el último día de actividades del año.

Interrumpido por llamadas telefónicas y las visitas de otros magistrados, la irrupción del por entonces Secretario de Justicia, Alberto Zuppi, puso punto final a un encuentro que, con seguridad, continuará con aguas más calmas.

El enojo de Zuppi ante un pedido de Torres para que lo aguardara “unos minutos” en la antesala de su despacho mientras culminaba la entrevista y la posterior partida, de manera intempestiva, fue relatado por el propio protagonista ante las cámaras de televisión, mientras enumeraba sus proyectos –ahora frustrados—como funcionario del fugaz gobierno de Rodríguez Saá.

El protagonista del reportaje, el juez Torres, vivió su infancia en Lonchamps en el Sur del Gran Buenos Aires, y reivindica desde su propia historia los códigos propios del barrio. Como los escritores que describen un mundo enfatiza al sostener que “uno no debe renegar de sus orígenes”, y lo ejemplifica al recordar que su primer designación como juez de instrucción en 1994 fue durante un gobierno peronista y que el cargo que asumió en noviembre se produjo en uno del radicalismo.

“Yo no me siento más legitimado que otros jueces por haber sido designado por el Consejo de la Magistratura”, advierte al reivindicar la tarea de sus colegas que “en su gran mayoría trabaja y cumple perfectamente sus tareas”.A partir de ahora, Torres tendrá que lidiar con dos pedidos de extradición efectuados por las justicias de Francia y Suecia, y el mismo viernes la Cámara Federal ordenó que se abra una investigación por la apropiación de los bienes de todos los desaparecidos que pasaron por la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), en lo que avecina como una nueva “megacausa”.

Torres resalta, además, la tarea de los empleados y funcionarios del juzgado federal 12 que sostuvieron la actividad judicial luego de la traumática partida de Carlos Branca, juzgado por hechos de corrupción, punto de partida de una vacancia que se prolongó durante cinco años.

Diariojudicial.com: ¿Qué cambios siente en lo personal y en lo profesional en su paso de la Justicia de instrucción a la federal?

Sergio Torres: Esto de pasar de fuero en definitiva es un cambio eminentemente funcional porque yo era juez allá y sigo siendo juez acá. Lo que cambia es la competencia, el volumen de causas era y es muy importante en los dos juzgados. Estas causas, las del federal, son de mayor trascendencia pública pero en definitiva atrás de cada causa hay un problema, hay una víctima, hay un damnificado, personas que esperan una respuesta. Para todas las personas su tema es muy importante, mas importante que cualquier tema, en este o en cualquier fuero.

Dju: En qué condiciones encontró el juzgado , este juzgado que estuvo tanto tiempo sin juez y como transcurre este período que podríamos llamar de transición?

ST: En este juzgado ha pasado lo que siempre pasa en un tribunal cuando queda vacante, y en este caso ese síntoma se agranda por ser tanta la cantidad de años que pasaron desde la vacancia.

Sin embargo, habría que distinguir dos aspectos fundamentales y el primero de ellos es el jurídico-judicial que se caracteriza porque al ser varios jueces los que subrogan, cada uno de ellos tiene determinado criterio, a partir de lo opinable del derecho, todos válidos, pero cada juez le da la impronta personal al juzgado y por supuesto también a las causas y a la forma de investigarlas. Esto termina siendo contraproducente porque las causas terminan no teniendo una única línea o forma, o tiempo de investigación , con un aspecto oscilante.

El otro aspecto es el administrativo donde al no tener juez empiezan a aparecer en el juzgado los problemas de personal, con los contratos, con las vacaciones, son cosas muy cotidianas pero también muy importantes porque hacen al funcionamiento.

Hay que destacar que los juzgados vacantes, y en este en particular, después de tantos años se ha mantenido, se ha logrado un determinado nivel de trabajo por esfuerzo de los empleados, por los secretarios que han trabajado en el juzgado y que son los que han llevado el peso mas grande del juzgado porque los subrogantes subrogan, pero los que están todo el día acá son ellos.

(A esa hora el cajero automático de Comodoro Py 2002 es un hervidero y Torres ha prometido a su personal hacerse cargo del brindis de Fin de Año, que se concreta con empanadas, Pizzas y gaseosas financiada por un bolsillo amigo. El “barrio” le hace confesar que él no tiene un peso).

Dju: ¿En lo jurídico-judicial esa dispersión plantea una instancia de revisión en causas que no están cerradas, o en causas que tendrían que tener la impronta del nuevo juez?

ST: Cuando llega un juez que se hace cargo de un juzgado el juez toma conocimiento de las causas y le da su enfoque que puede o no coincidir con el de su antecesor. Hay cuestiones que son opinables y otras que no son opinables. En las opinables hay distintos criterios y en ese caso la causa toma el rumbo que le da el titular.

Dju: Hay causas emblemáticas que al momento de tomar conocimiento el nuevo juezse da cuenta que se trata de grandes casos como por ejemplo en su juzgado el del accidente de Aeroparque con la caída del avión de LAPA.

ST: Hay que ver en cada caso el estado procesal de cada una de las causas para ver precisamente la afinación de criterios en determinados aspectos. Por ejemplo en el caso de LAPA el juez Literas dictó auto de procesamientos de determinada cantidad de personas que tendrían algún grado de responsabilidad, por lo menos en esta instancia, esto fue apelado y en estos momentos se encuentra en la Cámara de apelaciones, es decir que de acuerdo con lo que la Cámara resuelva entonces sí podré darle curso al expediente con los lineamientos que se marquen.

Dju: También aparece en el fuero federal como uno de los temas mas activos el de los derechos humanos respecto de la actuación de militares que estuvieron vinculados con la represión. Sin hacerlo entrar en prejuzgamientos, ¿cuál es la línea que se espera de su gestión en relación con estos casos?

ST: Nosotros no tenemos ningún planteo concreto en estos momento. La única causa del juzgado es una cuestión resuelta por el juez Claudio Bonadío (habla de la causas por la expropiación de bienes de desaparecidos en la ESMA) que en estos momentos esta en curso de apelación ante la Cámara y estamos a la espera para resolver.

Dju: ¿Y cuál es su opinión en torno a territorialidad o extraterritorialidad para extraditar y juzgar a los militares?

ST: Sobre la territorialidad implica avanzar en torno a una opinión previa, porque ya no estamos en terreno estrictamente académico sino que estamos en el plano estrictamente judicial. Avanzar sobre puntuales decisiones que uno tenga que tomar en el futuro y esos sí podría implicar un prejuzgamiento.

Lo cierto es que respecto de este tipo de causas, nosotros tenemos en trámite dos pedidos de extradición en este momento y nos regimos por la ley de cooperación internacional que establece los parámetros que nosotros estamos cumpliendo acabadamente, junto con el fiscal (Carlos Stornelli) respecto a cada uno de estos pedidos formulados uno por Francia y el otro por Suecia.

Dju: Pero no hay tratado de extradición con Suecia...

ST: Por eso nos regimos por esa ley argentina de cooperación respecto de los pedidos de extradición del coronel José Osvaldo Ribeiro, el ex subjefe de inteligencia del Ejército y en este nuevo pedido de Astiz.

Dju: ¿En el caso de Ribeiro hay ya alguna confirmación de las autoridades judiciales francesas?

ST: Está bajo arresto provisorio y le hemos avisado a la Cancillería que a su vez le da aviso a la Embajada de Francia. Hasta ahora el juzgado no ha recibido ninguna documentación que avale el pedido, pero estamos dentro del plazo de treinta días más diez, que son 40 días que la embajada francesa tiene para presentarla.

Dju: En el juzgado aparece un caso emblemático como es el asesinato de Dagmar Hagelin y los cargos contra Alfredo Astiz, ¿cuáles son los límites de su intervención?

ST: En el caso de estos pedidos de extradición la actividad del juez si se quiere es estrictamente formal ya que el juez, en definitiva, se limita a comprobar la identidad de la persona y que se cumplan todos los requisitos formales previstos en la ley de cooperación internacional, en cuanto a las formalidades que debe cumplir el trámite de extradición y la documentación. Pero finalmente esa etapa, que es preliminar, tiene como culminación de este trámite la intervención del Estado Argentino a través del gobierno que es el que decide finalmente la entrega de un nacional a un país extranjero requirente. No es una decisión jurisdiccional.

Dju: ¿Usted siente que el fuero federal es una caja de resonancia política?

ST: Yo creo en general que la sociedad argentina se ha venido judicializando y ese sentido ha tomado conciencia que tiene derechos y los puede ejercer. Por otra parte hay un aspecto negativo que es que uno ve que hay temas que han salido del ámbito natural de donde debieran resolverse; problemas entre vecinos, problemas de familia, problemas de socios que terminan dirimiéndose en tribunales. Cada fuero tiene su resonancia a partir de los temas que le tocan. Este es un tema global de toda la sociedad y de toda la justicia en general, no solamente en el fuero federal. Esta cuestión se da en todos los fueros.

Dju: Hay una cuestión que atraviesa su gestión como juez y tiene una impronta muy personal que es la reivindicación de lo barrial, como un código que aparece, un referente ético para no equivocar el rumbo, ¿eso se puede armonizar con su función de juez?

ST: Yo creo que los orígenes de uno son muy importantes, lo marcan. Yo creo que uno no debe traicionar sus orígenes y en definitiva el trabajo judicial, el trabajo en el que uno está cumpliendo funciones es una de las facetas pero no la única. La forma de ser de uno se traduce no solamente en el trabajo, sino también en lo personal, en lo familiar, en todos los ámbitos.

Dju: Hay una nueva forma de entender la legitimación del cargo de juez que proviene de un sistema de selección en el Consejo de la Magistratura, proceso del que usted mismo es un exponente, ¿cuál es la importancia que usted le asigna?

ST: Yo reivindico la tarea de los jueces. La inmensa mayoría trabaja, cumple perfectamente sus tareas. Yo no me siento más legitimado que los demás. En definitiva yo ya era juez de instrucción, fui nombrado por el justicialismo y ahora en el 2001 fui nombrado por el radicalismo porque ese es el actual sistema de selección de jueces, como lo era anteriormente a través del Senado de la Nación.



fernando aguinaga / dju
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