De esta forma, la Asociación de Abogados Laboralistas cumplió su palabra y volvió a convocar a la sociedad argentina para que con cacerola en mano le soliciten a los ministros del Alto Tribunal que presenten sus dimisiones a los cargos que ocupan.
En ese sentido, el presidente de la AAL, Luis Ramírez, precisó que el motivo de esta nueva convocatoria era demostrar que “la resolución que tomaron los jueces era una muestra más del accionar mafiosos que están llevando a cabo desde hace 10 años” y sentenció que “al pueblo ya lo engañan más”.
Además, afirmó que luego de manifestarse en el edificio ubicado en la calle Talcahuano la columna se dirigiría hacia el congreso con el fin de demostrarle a los legisladores que tienen su apoyo para llevar acabo el juicio político contra los ministros, pero advirtió que también era una forma de avisarles a los diputados y senadores que los están “controlando”.
Como todos los jueves desde la última semana de diciembre, el grupo de manifestantes comenzó a llegar al Palacio desde las 16.30 y 10 minutos antes de las 17 las cacerolas y algún que otro bombo comenzaron a sonar.
El dato de color de esta sexta concentración lo dio un féretro que ubicado dentro de un vehículo comenzó a dar vueltas por los tribunales.
A cada paso del rodado la gente cantaba y se acercaba al mismo para tocarlo y hacerse la señal de la cruz mirando siempre al cielo, acto seguido comenzaban a cantar la ya hoy clásicas canciones contra el tribunal.
De la protesta, también, tomaron parte un grupo de ahorristas que para declarar su disconformidad con el artículo 12 del decreto 214/02, que impide que se presenten amparos contra el corralito por 180 días, se taparon sus bocas con cintas adhesivas.