En ese sentido, declaró que la OTAN “atacó más hospitales y escuelas que tanques” y acto seguido exhibió fotografías de cadáveres carbonizados que describió que eran de civiles muertos por los bombardeos occidentales en Kosovo y el resto de Serbia en 1999.
En su segundo día de descargo, el ex líder europeo se preguntó qué clase de tribunal era el que lo juzgaba, si el mismo se negaba a procesar a los miembros de la OTAN por estos crímenes que fueron realizados por los ejércitos de los países miembros de ese tratado.
En tanto, en el cuarto día del juicio, Milosevic insistió en que los cientos de miles de albaneses que huyeron de Kosovo en 1999 durante la campaña aérea de la OTAN contra Yugoslavia no habían sido expulsados por los serbios, como se informó en los medios internacionales, sino por “propios líderes de la comunidad albano-kosovar”.
Tras acusar a la OTAN del uso masivo de las especialmente letales "bombas racimo", el ex mandatario mostró a la corte una fotografía de una campesina serbia muerta mientras araba la tierra y los cadáveres de niños vestidos con piyamas y recalcó “tenían por blancos a campesinos que trabajaban la tierra fuera de su aldea", afirmó, describiendo la foto. "Este era un juego salvaje en el que la gente era tomada por blanco".
Además con un fuerte tono, indicó que quería como testigos a Clinton, Albright, Kinkel, Schroeder , Kofi Annan y Blair" enumerando de esta forma a los líderes de Estados Unidos, Europa y la ONU que participaron en las conversaciones de paz de la antigua Yugoslavia en la década de 1990.
La fiscalía tiene que demostrar que Milosevic tenía responsabilidad directa de jefatura sobre quienes perpetraron los que han sido calificados como crímenes de guerra, pero este trató de refutar eso cuando apuntó que no sabía nada acerca de campos de concentración y aseguró que cuestionó a la conducción serbo-bosnia cuando se enteró de ello.