Lanzado a la arena política como uno de los candidatos a la presidencia y ubicado en la centroderecha del espectro ideológico, López Murphy consideró que las tres causas económicas de la actual crisis eran “el desaforado nivel de aumento del gasto público producido en la década del noventa, la ruptura de la autonomía institucional del Banco Central, provocada en el año 2001 cuando se empeñaron echar a su presidente (Pedro Pou) para poder avanzar sobre las reservas monetarias, y el inédito hecho de que a comienzos de este año se festeje desde el gobierno el no pago de la deuda externa”.
Sin embargo, para López Murphy el problema mas grave es de carácter político y no económico y en ese sentido abogó en varios tramos de su alocución por “un liderazgo presidencial fuerte, del tipo del que tuvieron De Gaulle y Churchill, que ejerza en plenitud su cargo y que pueda imponer la ley y el orden y demostrar que ostenta el monopolio de la fuerza pública”.
“Hoy día asistimos a una nueva institución, no contemplada en nuestra Constitución, que son las asambleas de gobernadores, una suerte de soviets que le dicen al presidente lo que tiene que hacer”, señaló para, a continuación, criticar duramente la actual gestión de Eduardo Duhalde, a quien, según el ex ministro, “premiaron con la presidencia por haber conseguido quebrar a la provincia de Buenos Aires por primera vez en la historia, cuando él era gobernador”.
Consultado sobre como se puede salir de la actual crisis de confianza, el ex ministro indicó que “hacer todo lo contrario a lo que está haciendo Duhalde ya sería un buen camino” y que el mejor test para saber cuando se recuperó la confianza será “ver cuando la gente vuelve a los bancos a depositar la plata y cuando le parece atractivo adquirir un bono publico. Cuando esto ocurra habrá comenzado la recuperación económica”.
Sobre eventuales medidas jurídicas para resolver la situación, el ex ministro reiteró su idea de un presidencialismo fuerte, al declarar que “se deben realizar todos los cambios institucionales necesarios para que todas las autoridades renueven simultáneamente sus mandatos, de manera que el próximo presidente que asuma cuente con la mayorías como para sacar las leyes que necesite”.