Es la tercera vez que un juez provincial rechaza un pedido de esta naturaleza con el objetivo de que los síndicos designados por el juez porteño se hagan cargo de una de las fábricas más importantes de la región.
En su fallo, el magistrado afirmó que el escrito enviado a su juzgado "es una total falta de respeto y consideración hacia un par en la función judicial".
El juez, entre otras cosas, tenía que atenerse al plazo de 5 días impuesto por su colega para actuar. Pero Bassi consideró que su par de Buenos Aires se extralimitó y por lo menos faltó a las mínimas formalidades. Recordó que los oficios entre juzgados son en realidad pedidos de “colaboración”, por lo tanto los jueces “no pueden dar ni recibir órdenes a sus pares”.
En su escrito, Paez Castañeda informa a la justicia neuquina que una eventual negativa al pedido de desalojo iba a ser notificada ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Por su parte, en su resolución, Bassi sostuvo que el pedido “evidencia una total falta de respeto y consideración para un par en la función judicial, realizando imputaciones falaces con referencia a la actuación de los magistrados neuquinos intervinientes con anterioridad, llegando al límite de verter amenazas explícitas y otras veladas”.
Sobre los plazos fijados (como el de 5 días para proceder al desalojo), el magistrado neuquino consideró que esa y otras indicaciones implican tratar a los jueces neuquinos “como un inferior desobediente que hay que disciplinar para que no vaya a dejar de cumplir con su cometido”, lo cual “no guarda el debido estilo”.
El año pasado, otro juzgado neuquino declaró el “lock out" patronal y vaciamiento de la empresa por parte de sus propietarios encabezados por Luis Zanón.
Ese fallo dispuso el embargo de parte del stock de cerámicos para que los obreros de la empresa pudieran cobrar salarios adeudados por la empresa cuando sus dueños decidieron paralizarla y apagar los hornos de producción en agosto de 2001 además de despedir a todo el personal.
La empresa apeló en distintas instancias el fallo judicial pero tanto la Cámara Civil y Comercial como el Tribunal Superior de Justicia de Neuquén lo confirmaron.
A partir de ese entonces los obreros liderados por el titular del Sindicato de Ceramistas de la Provincia, Raúl Godoy resolvieron encender los hornos y poner en producción la fábrica.
Godoy informó que actualmente producen un nuevo cerámico denominado "obrero", a bajo costo y dirigido a los sectores de menores recursos.
Al poco tiempo lanzaron al mercado en conjunto con comunidades mapuches una nueva línea de producción con motivos, guardas y símbolos de esta cultura originaria.
Cerámica Zanón se inauguró en el Parque Industrial de Neuquén en 1987 y en 1995 se habilitó la planta de porcelanato.
En ese entonces 30 por ciento de la producción estaba destinada a la exportación y 70% restante al mercado interno.
Cuando los empresarios decidieron el cierre de la empresa, el pasivo ascendía a 75 millones de dólares pero al pesificarse la deuda se estima que rondaría los 30 millones de pesos de los cuales 6 millones son del estado neuquino.