Mientras Menem hablaba ante el juez, afuera esperaban la brigada antiescrache: una treintena de militantes con pancartas “Menem 2003” y hasta una pequeña banda de trompetas y bombistas. En la calle esperaban también un centenar de policías, un promedio de cuatro efectivos por cada manifestante.
El operativo de seguridad llegó también al sexto piso de los Tribunales Federales. Allí la policía impedía el acceso de periodistas y curiosos, mientras Menem contestaba las cuarenta preguntas que preparó el juez Speroni y sus colaboradores, además de las 10 preguntas de la fiscal Alicia Sustaita, que envió su pliego pero no estuvo presente.
Fuentes judiciales explicaron que Menem reiteró “en un 70 por ciento” lo que dijo en la declaración indagatoria anterior. El abogado de Menem, Alejandro Novak, dijo en diálogo con la prensa que el ex presidente “admitió haber firmado el decreto 103/95”, aunque explicó que lo hizo cuando el mismo “pasó todos los controles previos”.
En ese sentido, detalló que el decreto llegó con el dictamen favorable del “área comercial de Fabricaciones Militares y la Comisión de Exportaciones Sensibles y Material Bélico” y que luego fue “refrendado por los ministros de Defensa, Economía y Relaciones Exteriores”.
“Menem sólo colocó el broche final”, dijo el defensor, quien indicó además que hay “buenas perspectivas” para la situación del ex presidente en la causa, descontando que el juez Speroni “no lo procesará”.
“Esta claro que hay mayor responsabilidad en el área de Defensa”, indicó el abogado, en clara alusión al ex ministro de esa cartera, Erman González, quien pronto afrontará un juicio oral precisamente por su responsabilidad en los embarques de armas.
Además, fuentes tribunalicias confirmaron que Menem fue interrogado también sobre sus supuestas cuentas en el exterior, en el marco de la investigación específica sobre la “ruta del dinero” en el Caso Armas. En este sentido, Menem negó que haya abierto cuentas bancarias a girado dinero a Suiza “entre 1991 y 1997”, es decir, el período del contrabando investigado.
“Yo soy el único denunciante que termina preso”, le comentó al juez un Menem distendido, que interrumpió dos veces la declaración para ir al baño, y hasta se permitió bromear con Speroni sobre el buen momento de River Plate, el club del que ambos son simpatizantes.
La referencia de Menem a su carácter de denunciante tiene que ver con la orden que dio en su momento a la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas, precisamente para que investigara las maniobras de contrabando.
Cuando las preguntas se acabaron, Menem leyó el acta de su declaración e inmediatamente bajó en ascensor fuertemente custodiado hasta el subsuelo del edificio, desde donde partió en uno de los cuatro autos en los que se dividió su custodia.
Afuera quedaron el grupito de seguidores del ex presidente y el centenar de policías, que se retiraron enseguida cuando las nubes de la anunciada tormenta de Santa Rosa ganaban el cielo del puerto de Buenos Aires.
Esta nueva declaración indagatoria de Menem fue ordenada en su momento por la Sala B de la Cámara en lo Penal Económico, que revocó la primera falta de mérito dispuesta por el juez Speroni, en lo que se interpretó como un agravamiento de la situación judicial del ex mandatario.
Sin embargo, después la misma Sala B dejó en libertad a Domingo Cavallo, ex ministro de Economía y otro de los firmantes de los decretos, en un fallo que indirectamente alcanza también al ex presidente, ya que no le permite avanzar a Speroni en la responsabilidad por la firma de los decretos que autorizaron la salida del material bélico.
Por eso, fuentes de la causa descartaron que dentro de 10 días como máximo el juez Speroni volverá a dictar la falta de mérito del ex presidente.