Lasnaud fue arrestado en Ginebra en mayo pasado, cuando se detectó que pesaba sobre él una orden de arresto internacional expedida por Interpol Argentina, por pedido del juez federal Jorge Urso cuando estaba a cargo de la causa AMIA.
Lasnaud fue, junto con el ex militar argentino refugiado en Sudáfrica Diego Palleros, uno de los traficantes que intermedió entre proveedores y compradores de armas, y –se sospecha- conoce quiénes y cómo se trianguló el material bélico.
En el comunicado de la justicia suiza se aclaró que el traficante, identificado dispone de 30 días para apelar esta decisión, aunque el veredicto de extradición es contundente, y hace pensar que un reclamo del detenido no tendría éxito.
“En su veredicto de extradición, la Oficina federal de justicia declara expresamente que bajo la ley suiza, las presuntas acciones del traficante de armas representarían una grave violación de la ley de materiales de guerra y por lo tanto cumplen las condiciones de doble criminalidad", se consigna en el comunicado difundido esta mañana.
Una pieza importante
La semana pasada, al dictar una nueva falta de mérito para el ex presidente Carlos Menem en la causa, el juez Speroni advirtió que seguían pendientes varias medidas de prueba, y señaló entre ellas la extradición de Lasnaud, que ahora se aprobó en Suiza.
Fuentes judiciales en Buenos Aires insistieron que la extradición de Lasnaud y su declaración en la causa es fundamental para establecer la llamada ruta del dinero de la operación de contrabando de armas.
El 31 de mayo último, el juez Speroni le confirmó a Suiza que “mantiene el interés” en la extradición de Lasnaud, y remitió a la justicia de Suiza las constancias que figuran en el expediente, fundadas en las que obtuvo en su momento su colega del fuero Penal Económico Marcelo Aguinsky.
Este magistrado recibió en su momento el testimonio de un suboficial retirado de la Prefectura, Albino Macchi, quien admitió haber sido el chofer de Lasnaud durante su periplo en Argentina, y luego lo reconoció en una rueda fotográfica.
Aguinsky había detectado la presencia del francés luego de cotejar todos los ingresos de vehículos a la terminal de Ezeiza en los día previos a los embarques aéreos.