En minoría, los jueces John Paul Stevens, David Souter, Ruth Bader Ginsburg y Stephen Breyer entendieron que la práctica de ejecutar “a dichos transgresores es una reliquia del pasado e inconsistente con las normas de decencia en una sociedad civilizada".
En la actualidad, algunos estados que permiten la pena capital pueden imponerla a asesinos que tenían 16 ó 17 años al cometer sus crímenes.
Sin embargo, por mayoría, el tribunal se negó a oír el caso de un hombre de Kentucky condenado a muerte por el secuestro, violación y asesinato de la empleada de una gasolinera de 20 años.
Este hombre tenía 17 años al momento del hecho, en que el cuerpo de la víctima fue arrojado sobre el asiento posterior del automóvil de la madre de ésta, con el rostro atravesado por un balazo. Hoy el hombre tiene 39 años, y está en el pabellón de los condenados desde 1982.