Hoy, el juez Bonadío ordenó el “comparendo compulsivo” de Cárdenas, ex directivo del HSBC y ex embajador en la ONU, tan pronto arribe a la Argentina, para interrogarlo por segunda vez en la causa.
La orden del juez fue la respuesta directa a las advertencias que Cárdenas deslizó ayer a algunos diarios a través de sus abogados, Oscar Salvi y Alejandro Novak.
Cárdenas había dicho que estaba dispuesto a declarar cuando volviera a Buenos Aires -está en Sudáfrica- pero no bajo presión. En tanto Novak afirmó que “si se ordena su traslado por la fuerza, no regresará al país”.
Fuentes judiciales aseguraron que Bonadío entendió las declaraciones del letrado como una “grave falta de ética”, y pidió al Colegio de Abogados que evalúen posibles sanciones disciplinarias.
El “comparendo compulsivo” es una orden a las fuerzas de seguridad para que cuando el requerido pise suelo argentino sea inmediatamente trasladado al juzgado que lo busca, en este caso en los Tribunales Federales de Comodoro Py 2002.
La pelea entre Bonadío y Cárdenas se inició cuando el juez decidió volver a citarlo como testigo, para que de más referencias sobre encuentros que -se sospecha- formaron parte al menos de la denuncia de los pedidos de coimas, que terminaron con una serie de notas al respecto en el diario inglés Financial Times.
La audiencia no se realizó porque Cárdenas avisó a través de sus abogados que no estaba en el país, pero el juez no le creyó y se basó en informes de Migraciones que no daban cuenta de la salida del banquero del territorio nacional.
En esa línea, Bonadío allanó la casa de Cárdenas, lo que encrespó los nervios del banquero que, desde Nueva York avisó que volvería a fin de este mes y advirtió que se reservaba el derecho de litigar contra el juez por lo que consideró un “hostigamiento”.
Tras la confirmación de la vigencia del “comparendo compulsivo”, la defensa del banquero adelantó que el hombre “no tiene inconveniente en declarar”, pero insistieron que no volverá si en Ezeiza lo espera la policía. Además, los abogados adelantaron que las próximas presentaciones en la causa las harán con la intervención de un escribano público (un hecho inédito) para transparentar la ríspida relación.
Fernández no habló con banqueros
En tanto este mediodía el ministro de la Producción, Aníbal Fernández, declaró como testigo en la causa y le dijo al juez que no habló con banqueros sobre el tratamiento parlamentario de leyes que podían perjudicar al sector.
Fuentes judiciales explicaron que Bonadío quería saber si Fernández había asegurado a la prensa que el Poder Ejecutivo “iba a parar” las leyes cuestionadas.
En ese sentido, el ministro aseguró que esa era efectivamente la posición del gobierno, y que él mismo lo había adelantado en al menos dos entrevistas radiales, que -aclaró- fueron “posteriores” a la media sanción en el Senado del proyecto cuestionado por los bancos.
Las fuentes remarcaron además la “predisposición” de Fernández para acceder a la requisitoria de Bonadío ya que podía haber optado por contestar por escrito.