En una veintena de carillas, el magistrado rechazó las imputaciones formuladas en su contra por el abogado Florencio Varela, defensor de cuatro militares detenidos en la causa por el secuestro y desaparición de una veintena de militantes montoneros, en los años 80, durante la dictadura militar.
Bonadío no descartó en su presentación que se haya intentado su destitución "para cobrar algún tipo de venganza" por la investigación que encabezó contra una quincena de jefe militares entre los que se encuentran cuatro imputados representados por el abogado Varela.
Asimismo, sostuvo que "este intento puede provenir del propio denunciante o con la ayuda de individuos o grupos formados por quienes participaron de la misma forma de ver la política o la vida institucional que el presentante(...) y que en la actualidad pretenden brindar protección e impunidad a los procesados".
Por otra parte, advirtió que en todos sus años como magistrado "siempre" sostuvo el "principio" de que los abogados en el ejercicio de la defensa "tiene el derecho y el deber máximo" de utilizar "todos los recursos que la legislación les brinda".
De todas formas, indicó que "algo que no voy a aceptar es recibir lecciones de moralidad ciudadana y ética republicana de quien en su proceder personal y procesal evidencia un desprecio por la vida, la integridad, la libertad y la propiedad de otros compatriotas sólo porque cometieron el pecado grave de pensar distinto".
El juez Bonadío había sido citado hoy por la Comisión de Acusación del Consejo de la Magistratura para que se defendiera de las acusaciones en su contra, pero el magistrado prefirió hacer su descargo por escrito.