TEXEIRA FREITAS. Quienes se consideran especialistas del derecho privado seguramente se habrán preguntado cuál habría sido la postura del maestro brasileño de los derechos reales, que inspiró a Vélez Sarsfield en la redacción de nuestro Código Civil, ante toda la saga financiera del corralito y el corralón. Este ejercicio imaginario nos surge luego de advertir que Brasil introdujo a partir de enero de 2003 sustanciales modificaciones al Código Civil que rigió los destinos de sus habitantes durante los últimos 86 años. Concientes de que la legislación tiene que acompañar los cambios de la sociedad en el tiempo y establecer las mejores previsiones ante los conflictos que aparecen, derogaron cosas tan anacrónicas como la posibilidad de que el marido pudiera pedir la anulación del matrimonio si en la noche de bodas descubriera que su flamante esposa no era virgen, o la desigualdad sucesoria entre los hijos matrimoniales y extramatrimoniales. Un avance sin duda es el reconocimiento de derechos hereditarios para el concubino supérstite y la posibilidad de que el casamiento religioso de cualquier culto reconocido valide los efectos civiles de la unión sin necesidad de la intervención de un juez de paz. Un cambio que sí generó bastante polémica es la posibilidad que se le otorga al padre de poder accionar para negar la paternidad de un hijo antes reconocido sin límite temporal, cuando en la normativa anterior podía ejercer esa prerrogativa hasta que el infante tuviera 2 meses de vida. Expertos brasileros opinan que esta cuestión abre conflictivas consecuencias en los casos en que en una pareja constituida o separada, al tiempo o a los años –quizás por despecho-, el hombre decide volver sobre le pasado. Más allá de ser una tentación teñida de falso machismo, la Iglesia advirtió que esta posibilidad latente daña aún más la precaria estabilidad familiar de muchos hogares.
COMPARACIÓN. Ahora que está tan de moda la cercanía con Brasil, son grandes las expectativas que tienen los especialistas argentinos de que nuestro Congreso de una vez por todas deje de lado sólo lo urgente, para dar paso a lo importante. Lo que también es cierto es que nuestros hermanos brasileños se tomaron su buen tiempo para sancionar las reformas, ya que el proyecto recientemente sancionado ingresó en el Congreso en 1975 – hace 28 años- . Por el lado de estas Pampas, la propuesta de reforma y unificación de la legislación civil y comercial que fuera encomendado a un grupo de prestigiosos juristas, encabezado, entre otros, por el hoy decano de la Facultad de Derecho de la UBA Atilio Alterini, su hermano Jorge y los comercialistas Horacio Roitman y Héctor Alegría, durante la última etapa del gobierno de Menem, todavía no capturó el real interés de los legisladores, pese al intenso “road show” que hicieron sus redactores a través de todo el país y los aportes críticos que formularon juristas como Kiper y Belluscio. Con temas de vanguardia como la validez de los contratos rubricados con firma digital entre otras tantas novedades y soluciones a conflictos y lagunas que hoy carecen de regulación, pondría a la Argentina liderando el subcontinente en materia de legislación de derecho privado. Esperemos que no tardemos tanto como los brasileños, si no nuestro código será sancionado recién en el 2031. Ahí nuestros beneméritos parlamentarios podrían hasta argumentar que no fueron más lentos que sus colegas verdeamarelos...
ENOJADISIMO. Andaba el viernes último el jefe de la División Delitos Complejos de la Policía Federal, Carlos Sablich, por la ostentosa filtración de información a la prensa que protagonizó la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) en torno al presunto esclarecimiento del secuestro de Florencia Macri. Es que a media mañana de ese día lluvioso desde el edificio de 25 de Mayo se comunicó a la prensa la detención del supuesto "cabecilla" de la banda que mantuvo cautiva durante casi una semana a la benjamina de Franco Macri, liberada luego que la familia oblara algo así como 800.000 dólares. La bronca del comisario Sablich comenzó cuando recibió una llamada de un periodista que buscaba confirmar si ya había un detenido Esa requisitoria se produjo en momentos en que todavía restaban realizar una decena de detenciones. Dicen que el grito de Sablich se escuchó en varias dependencias de la reciclada casona de avenida Figueroa Alcorta y Cavia, adonde ni siquiera había llegado por esas horas el primer detenido. Sin embargo, el enojo del oficial no alcanzó para contener la avanzada mediática de la SIDE. A la tarde, mientras la juez María Servini de Cubría le tomaba declaración al detenido en la sede de Delitos Complejos de la Federal, el titular de la SIDE, Miguel Ángel Toma, relataba en entrevistas radiales lo bien que espías y policías habían trabajado juntos. Sin embargo, ya sabemos, no todo era armonía. Toma llegó incluso a aclarar que no daría detalles porque "se estaban realizando más detenciones". Puede ser que don Miguel Ángel no lo reconozca como de sus propias fuentes, pero ¿la incontinencia matutina no habrá frustrado algún que otro detalle de la pesquisa? Del lado de la Policía temían que sí.