21 de Noviembre de 2024
Edición 7096 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 22/11/2024

Parto inducido: La otra mirada

FALLO COMPLETO de la Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires por el cual no se autorizó la inducción del parto en un caso de anencefalia.

 

En enero de este año, la Corte Suprema de Justicia de la Nación autorizó la inducción al parto de una mujer que tenía en su útero un feto con anencefalia. Esta es una alteración congénita cuyo resultado es la ausencia de hemisferios cerebrales y estructura ósea del cráneo, con de tálamo. El Alto Tribunal resolvió la cuestión con cinco votos a favor y tres en contra.

Ahora se presentó un caso idéntico en la provincia de Buenos Aires. El Tribunal de Familia nº 2 del Departamento Judicial de La Matanza hizo lugar al pedido y autorizó a la Dirección del Hospital Italiano a que proceda a la inducción del parto, resolución que fue recurrida por la Asesora de Incapaces, quien interpuso un recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley. Así, el caso llegó a la Suprema Corte de la provincia.

El Máximo Tribunal bonaerense hizo lugar al recurso extraordinario interpuesto, revocó la sentencia impugnada y desestimó la autorización solicitada, en una sentencia que contó con el acuerdo de los jueces Pettigiani, de Lázzari, Negri, San Martín, Ghione y Laborde; y la disidencia de los ministros Pisano, Hitters y Salas.

Dentro de la postura mayoritaria, caben mencionar algunas de las consideraciones formuladas por el Dr. Eduardo Julio Pettigiani:

* "...Lamentablemente, sin duda como producto, de la angustia, dolor y frustración que le ha producido la situación en que se ha visto inmersa, la propia madre de la criatura cuyo destino se ha colocado en manos de esta Corte, ha perdido conciencia -a pesar de percibir sus movimientos fetales- de que lo que lleva en su seno es un ser humano vivo, refiriéndose a él despectivamente como "eso".... Sentimiento por cierto contrapuesto al que explicó haber experimentado otra madre ante un caso en el que se advierte una marcada analogía con el presente donde habiendo decidido aguardar el tiempo del parto natural, refirió encontrarse ante "... una beba que estaba viva, en la panza se movía y pateaba como cualquier otra persona. Así quedamos muy contentos por haber vivido con alegría el momento del nacimiento, junto a la tristeza de que muriera..."

*"Puede concluirse, en consecuencia, de todo lo expresado que en definitiva, induciendo y de tal manera anticipando el curso natural del proceso de parto, no estamos haciendo otra cosa que provocando la muerte precoz de un ser humano por el solo hecho de ser diferente a la mayoría de sus congéneres...Condenándolo a muerte y ejecutándolo por una suerte de delito que creamos: el de padecer anencefalia. ¿Con qué autoridad podemos después negar la procedencia de la pena de muerte para los autores de delitos aberrantes, si la estamos imponiendo para seres inocentes que ningún mal han hecho a la sociedad salvo el de haber sido generados con anomalías por aquellos que ahora piden su exterminio?."

*"¿En qué se diferencia esta cosmovisión de aquella que sustentaba que había razas superiores e inferiores?. El ser humano enfermo, el supuestamente "inviable", el que tiene una enfermedad incurable, o dicho en términos que hemos visto repetidos en la sentencia traída a conocimiento de esta Corte, el que se encuentra transitando "un proceso de muerte" podría ser eliminado sin más trámite que el de constatar la aflicción que provoca a sus congéneres (obviamente los "sanos") el tener que soportarlo."

*"Entonces nos encontraríamos con dos clases de hombres: los "sanos y los enfermos" -la raza buena y la antirraza en el Mithus ("Der Mithus des XX Jahrhunderst", de A. Rosenberg,21/22 edición, Hoheneichen, Munchen, citado por el Pbro. Dr. Enrique Rau, en "El Racismo Nacional Socialista y el Cristianismo", Ed. Gladium, Buenos Aires, l939, Pág.21)-, de las cuales únicamente la primera merecería preservarse, de tal manera que en palabras de Adolfo Hitler "sólo hay un derecho sagrado y este derecho es al mismo tiempo el más sagrado de los deberes: cuidar de que la sangre se conserve pura", para así asegurar que sean solamente los "sanos" quienes conformen la población humana (la cita, recogida en la obra de Enrique Rau, p.20 pertenece a la obra "Mein Kampf", ed. 97-101, 1924, Verlag Franz Eher Nachfolger, Munchen)." (la negrita es nuestra)

Por su parte, dentro de los votos en disidencia aparece el del ministro Juan Carlos Hitters quien, entre otras cosas, expresó lo siguiente:

*"Debe computarse que en el fallo recurrido se ha tenido por acreditado, en conclusión fáctica irrevisable -como se dijo- en principio que la queja no logra conmover, que: -el feto es portador de una anencefalia...; -en el presente caso las malformaciones que presenta son letales e irreversibles para él, tanto intrauterinamente como extrauterinamente; -la vida postnatal se encuentra reducida a minutos u horas, y sólo en pocos casos puede prolongarse sólo por días...; existe daño psicológico en la madre, y se incrementan los riegos durante el embarazo y proceso de parto...; -consecuentemente, la salud de la peticionante de autos está amenazada en forma grave y actual, teniendo en mira los dictámenes médicos obrantes en la causa."

* "Entiendo necesario destacar, además, que no le asiste razón a la recurrente cuando afirma -en la conclusión de su queja- que "la inducción del parto no conduce a la vida del feto sino a su muerte". Porque en el sub examine, como ha quedado explicado, el fallecimiento del nasciturus no sería una consecuencia de ninguna acción humana, sino de su trágica condición que, por la patología que porta, no le permite subsistir con autonomía."

* "Por último -y a modo de síntesis- quiero dejar en claro dos pautas fundamentales que son la pilastra de mi decisión: por un lado que no se autoriza a matar, sólo a adelantar -en no más de 15 a 25 días- el parto; y por otro que desde la perspectiva ética el Comité de Bioética del Hospital Italiano ha considerado que esta práctica -en el especialísimo y particular caso de autos- es moralmente aceptable." (la negrita es nuestra)

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j.o.r. / dju
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