Así culminó un juicio correccional que se desarrolló en un sólo día, y que tuvo en el banquillo de los acusados a Suárez Mason, quien sumará ahora una condena de prisión al encarcelamiento domiciliario preventivo que ya cumple en dos causas por violaciones a los derechos humanos.
Esta causa que hoy llegó a su fin se inició tras declaraciones públicas de Suárez Mason a un revista en el año 1996, cuando aseguró que le tenía “prevención” a los judíos y sugirió legalizar la tortura.
La condena, que incluyó inhabilitación absoluta por el tiempo de la pena y el pago de las costas del proceso, llegó luego de una hora de cuarto intermedio. Antes, en las últimas palabras, el ex hombre fuerte del poderoso Primer Cuerpo del Ejército reiteró: “no tuve intención de hacer ninguna discriminación, están equivocados en su declaración”.
Antes, el fiscal Miguel Ángel Osorio pidió la pena máxima de cuatro años para Suárez Mason, por “apología del delito” e infracción a la ley antidiscriminatoria”.
Osorio calificó de “totalitaria y apologética” la declaración de Suárez Mason a la revista Noticias y remarcó que en la audiencia “quedó acreditada la intención y la voluntad del imputado de instigar y motivar a la persecución de un grupo de personas a causa de su religión”.
A su turno el querellante por la DAIA, Mariano Fridman, pidió tres años de prisión efectiva para Suárez Mason, por haber violado la ley antidiscriminatoria. “Es paradójico que hoy estamos juzgando a Suárez Mason por lo que dijo y no por lo que hizo”, se lamentó el abogado.
Enseguida, Fridman remarcó que en la nota de Noticias el ex represor “identificó a los judíos como otros en un cuerpo social para el cual tendríamos que tener políticas determinadas”.
Hoy, al contestar preguntas en el juicio, el ex jefe del Primer Cuerpo del Ejército volvió a mostrar la hilacha y aseguró que los judíos “debieron ser prescindentes” durante la dictadura. “Todas las comunidades extranjeras no deberían participar”, aseguró.
Enseguida, el fiscal Osorio le pidió que explicara por qué consideraba a los judíos como extranjeros. Fue cuando Suárez Mason quiso volver sobre sus pasos y aseguró: “no son extranjeros, pero son un grupo diferenciado”.
Un solo testigo
Después de complicarse en la indagatoria, Suárez Mason escuchó al único testigo de la audiencia, el periodista Juan Darío Gallo, autor de la nota por la cual llegó a juicio.
Gallo explicó que Suárez Mason le envió algunas correcciones al original de la nota, que no fueron tenidas en cuenta porque la edición ya estaba en imprenta, pero remarcó que a la semana siguiente se publicaron algunas aclaraciones, que el represor le dictó por teléfono
Entre esas aclaraciones figuraba -recordó el periodista- una aclaración sobre la división de fútbol en Argentinos Juniors donde jugó de joven, pero en ninguna oportunidad corrigió nada sobre sus “prevenciones” en torno a la comunidad judía.
También, el periodista explicó que luego de aquella nota siguió viendo a Suárez Mason. “Mantuvimos una relación periodista-fuente hasta el año pasado”, remarcó, y luego aclaró que si el militar no estuviera de acuerdo con el contenido de esa nota “lo lógico es que hubiera cortado la relación”.
La condena a tres años y seis meses de prisión fue el final de una jornada donde los límites de la acusación contra el ex represor fueron siempre difusos. Mucho más cuando la defensora oficial recordó el aval del Estado de Israel a ciertos tipo de torturas para acusados de terrorismo.
Fue el fiscal Osorio el que saltó de su silla para marcar las diferencias. “El esfuerzo de la defensa a sido notable pero acá no hay una cuestión filosófica”, quien calificó a los militares que se alzaron contra las instituciones en 1976 como “una banda de delincuentes que usurpó el poder”. “No se podía torturar porque un grupo de generales tomara como legal la tortura”, remarcó.