El llamado a indagatoria interrumpió el plazo de prescripción, que estuvo virtualmente “congelada” desde que llegó a la Corte Suprema de Justicia para definir allí una cuestión de competencia, suscitada porque la caída del avión se produjo en territorio uruguayo.
Antes de la presentación de la denuncia penal, en 1999, hubo una larga etapa de mediación en la justicia civil que resultó infructuosa, por lo que los familiares de las víctimas decidieron denunciar a los responsables de Austral, de la Fuerza Aérea y también de la compañía aseguradora de la empresa aérea.
Así, el 26 de junio pasado, ante la posibilidad que la causa se archivara por prescripción, atento que la carátula es en principio “estrago culposo”, familiares de las víctimas reclamaron ante la Corte Suprema que definiera el planteo de incompetencia.
La Corte, en tanto, no resolvió la cuestión de fondo, pero indicó que mientras tanto se debían realizar las indagatorias, por eso, el juez Ballestero fijó que a partir del primero de octubre próximo y hasta fines de diciembre declaren todos los imputados.
Entre ellos, figuran Manuel Morán Caseros y Mario Víctor Sruber, presidente y vicepresidente respectivamente de Austral, quienes abrirán las indagatorias el 1 y el 3 de octubre, respectivamente, confirmaron fuentes judiciales.
Más adelante, deberán presentarse en el juzgado de Ballesteros varios ex directores de Austral: Walter Hayas, Mario Cardoni, Gabriel Pérez Junqueira, Fernando Mayorga, Raúl Mujica, Javier Monzón y Ángel Sanchis Herrero.
Sobre fines de octubre será el turno de encargados de mantenimiento de la empresa y de un instructor. El 31 de octubre, en tanto, será el turno del ex director de Aeronavegabilidad, el brigadier (R) Juan Manuel Baigorria.
Ya en noviembre deberán declarar otros militares encargados del control de la aviación civil y luego una decena de responsables y empleados de mantenimiento de Austral.
El accidente del avión DC-9 de Austral se produjo entre las 22.20 y las 22.30 del 10 de octubre de 1997, cuando cayó el avión, que volaba en medio de una tormenta procedente de Posadas.El impacto de la nave en un campo cercano a Fray Ventos provocó un cráter de 30 metros de diámetro y 15 de profundidad y los restos del aparato quedaron esparcidos en un radio de nueve kilómetros.