En la sentencia condenatoria se recordó que la ley federal de EEUU prohíbe proveer apoyo material a individuos y organizaciones catalogados como terroristas por el Departamento de Estado, y agregaron que Al Qaeda figura en la misma desde 1999.
En sus declaraciones Faris, nacionalizado estadounidense admitió que viajó a un campo de entrenamiento de Al Qaeda en Afganistán a finales de 2000 y que en esa oportunidad conoció a Bin Laden, uno de los líderes de esta organización terrorista.
Luego de esa reunión Faris comenzó a buscar información sobre aviones ultralivianos, la que luego de ser reunida fue remitida a los altos mandos del grupo terrorista.
A comienzos de 2002, Faris se entrevistó con uno de los líderes de Al Qaeda con quien analizó en detalle su labor como conductor de camiones en EEUU y su fácil acceso a aviones de carga. En ese segundo encuentro, además, tomó conocimiento de los planes de Al Qaeda de perpetrar dos ataques simultáneos en Nueva York y Washington.