“La más alta autoridad de las distintas áreas del Poder Ejecutivo, responsables por mandato legal de la investigación, afirmaban con total liviandad que simplemente se habían limitado a cumplir directivas judiciales, demostrando una llamativa carencia de prevenciones especiales basadas en la posibilidad de que un hecho de estas características pudiera volver a ocurrir”, remarcó Mullen en el arranque del alegato, de nuevo a sala llena, como ocurrió antes con los querellantes.
“Este Ministerio Público Fiscal tampoco desconocía que los diferentes estamentos del Estado venían siendo denunciados por diferentes hechos de corrupción, pero erróneamente confió en que aquellos que debían colaborar con la investigación de esta causa, directa o indirectamente lo harían con un absoluto sentido de la dignidad y a la altura de la circunstancia histórica. Hoy sabemos que esto no sucedió”, fustigó.
Después aludió a “razones técnicas y fácticas” que dificultaron por años la pesquisa, como “la existencia de un único código ritual para el juzgamiento de todos los delitos”.
“Argentina experimentaba un hecho sin precedentes. La trágica experiencia de la voladura de la sede de la Embajada de Israel en marzo de 1992 tampoco había significado una enseñanza en el campo de la prevención, la seguridad y la instrucción judicial de métodos de actuación apropiados al extraordinario fenómeno que se debía enfrentar”, indicó Mullen.
“Esta falta de experiencia, antecedentes, metodología, jurisprudencia y recursos contribuyó a que el desarrollo de la investigación fuera complejo, por momentos errático y en muchas circunstancias carente de las herramientas básicas”, dijo el fiscal, sin apartar la vista de los jueces del Tribunal Oral Federal 3.
Después, apoyado por una presentación computada, Mullen exhibió uno a uno los nombres y las fotos de los 85 muertos en el “feroz y cobarde ataque” y reclamó “no sólo el castigo de los delitos cometidos sino que también se abogará para que ese ineludible acto de justicia sirva para condenar el terrorismo”.
Más tarde, en un cuarto intermedio y en diálogo con la prensa, Mullen aseguró que pedirán “reclusión perpetua para los cinco” presuntos partícipes necesarios, tal como adelantó ayer Diariojudicial.com, aunque el pedido formal lo realizará el jueves o viernes el fiscal Alberto Nisman.
Contra la bonaerense
También, en la apertura del alegato, Mullen cargó contra la Policía de la Provincia de Buenos Aires al asegurar que la investigación “comenzó a dificultarse aún más cuando la pesquisa se orientó al posible involucramiento de algunos funcionarios” de esa fuerza policial.
“Todas estas cuestiones y otras tantas fueron oportunamente denunciadas ante la justicia por mandato legal, y en igual sentido se procederá al finalizar este alegato con todos aquellos hechos surgidos de este debate y que, en nuestra opinión, resultaron constitutivos de quehaceres presuntamente delictivos”, adelantó el fiscal, aunque enseguida aclaró que “lo que aquí se juzga es la responsabilidad en el atentado”.
“Estuvimos atentos para separar la paja del trigo” enfatizó Mullen y remató: “lo que aquí se juzga es la responsabilidad por el atentado contra la AMIA, corresponde a otras instancias juzgar a quienes actuaron de manera incorrecta”, en un mensaje con un solo destinatario: los jueces del TOF 3, a quienes desde la acusación se cuestiona por dedicar tiempo y esfuerzo en el largo juicio a determinar las deficiencias de la investigación.
Más tarde en el segundo tramo del alegato que continuaba al cierre de esta edición, Mullen se dedicaba a detallar por qué, a juicio de la fiscalía, “esta comprobado” que el atentado se llevó a cabo con una camioneta-bomba cargad de explosivos, que detonó “a 35 o 40 grados” sobre la vereda de la mutual judía y no en el interior del edificio.