“Debo decir con mucho dolor y también con mucha bronca, la paradoja que quien mas énfasis desplegó su tarea investigativa contra los policías ha sido quien, sin pretenderlo, ha colocado más elementos de defensa para ellos”, dijo el fiscal al retomar su alegato, suspendido ayer por la noche.
Además, el fiscal reclamó que se ordene la incautación de bienes de Telleldín para recuperar los 400.000 dólares pagados por su declaración. “Es dinero que debe volver a las arcas del Estado”, graficó Nisman. “Tiene un kiosco que pagó 230.000 dólares y cuentas en el Uruguay; deben ser incautadas”, explicó.
“Acá no vamos a quedaron con medias tintas, la indagatoria es nula. De nada sirve la prueba contaminada” indicó Nisman en referencia a los dichos del Telleldín el 5 de julio de 1996, y enseguida comenzó a desgranar la acusación contra los policías bonaerenses por el atentado y reclamó que el Tribunal Oral tome en cuenta los indicios que, aseguró, conducen a la culpabilidad de los imputados sin tener en cuenta la versión “contaminada”.
En esa línea, Nisman comenzó una larga enumeración de testimonios del entorno de Telleldín y también del ex comisario Juan José Ribelli, que fueron recibidos en la larga audiencia oral o durante la instrucción, que continuaba al caer la tarde, luego de un cuarto intermedio.
Sin leer y apenas apoyado en un ayuda-memoria, el fiscal recordó el testimonio de periodistas que se entrevistaban con Telleldín en los meses siguientes al atentado, y también de los dichos de la fallecida camarista Luisa Riva Aramayo, quien se entrevistó con El Enano durante 1995. En esas entrevistas, dijo Nisman, Telleldín ya hablaba de los aprietes que sufría de la bonaerense.
“Pero las imputaciones no comenzaron ahí”, graficó Nisman en un pasaje sino veinte días después del atentado en la primera declaración de Telleldín, cuando todavía no asomaba una imputación por el atentado.
“Allí habló con lujo de detalles de la persecución del 14 de julio (de 1994, a manos de bonaerenses capitaneados por el acusado Irineo Leal). Tenemos que ser sinceros, esta prueba estaba en el expediente desde antes”, indicó el fiscal.
Después, recordó el testimonio de la esposa de Telleldín, Ana Boragni, y de otra allegada a la familia, Laura Schillone, quienes hablaron en el juicio de la “deuda” que Telleldín mantenía con los bonaerenses. “Boragni no vio dinero cuando pasó de manos la camioneta, mal se puede pagar algo que no se vende”, remarcó el fiscal y aseguró que –en ese plano- la mujer dijo la verdad al contar cómo los bonaerenses se llevaron la camioneta que –sostiene la acusación- se usó luego como coche-bomba en el atentado.
Después relató los dichos de allegados de Ribelli, como el policía retirado Juan Carlos Nicolau y un socio del comisario, Carmelo Juan Ionno y las charlas que ambos mantuvieron en teléfonos intervenidos, donde hablan de la preocupación del entonces comisario por “el tema de la Trafic”.
Después recordó la preocupación de los policías “por el tema del aniversario”, cuando fueron detenidos el 12 de julio de 1994. “La intranquilidad tenía que ver con el conocimiento que tenían de lo que habían hecho en el atentado”, insistió, en la misma línea que argumentaron los querellantes de AMIA, DAIA y el Grupo de Familiares semanas atrás.
Después, reveló que Ribelli firmó un poder amplio a su socio en el negocio de la venta de autos. “La finalidad claramente asociada a disponer de bienes por futura detención”, aseguró el fiscal.
Después, dijo que el ex comisario “recibió como pago total o parcial por el atentado la suma de dos millones y medios de dólares” y se trataba de una suma no habitual en el erario de Ribelli, que “lo llevó a apurarse” para blanquearla como adelanto de herencia de su padre, un obrero ferroviario jubilado.
Absoluciones de policías
Anoche, en el primer tramo de su declaración, Nisman enrostró responsabilidades a varios acusados por delitos conexos al atentado y también pidió la absolución de dos policías, los suboficiales Víctor Cruz y Claudio Araya, de la Brigada de Lanus, quienes pasaron dos años y medio sentados en el juicio sospechados de los delitos de extorsión, asociación ilícita y, en el caso del primero, privación ilegal de la libertad.
Nisman advirtió que no se han podido acreditar durante el juicio con la certeza que se requiere para pedir condenas que Araya y Cruz hayan estado al tanto que los operativos contra Telleldín.
La Fiscalía también solicitó la desvinculación parcial de ex suboficial Bautista Huici de los delitos de privación ilegal de la libertad y secuestro extorsivo porque no se pudo acreditar su participación en el intento de secuestro de Telleldín.
Nisman también apuntó contra la figura del controvertido abogado Gustavo Semorile, quien se convirtió en testigo de identidad protegida en el proceso por orden del juez Galeano. El fiscal acusó al letrado de formar parte activa de la extorsión a Telleldín, de quien en 1994 era su abogado.